Como sus antecesores está construido en aluminio, pero se emplea acero de alta resistencia en los pilares centrales para reforzar su estructura.
Sólo motores V8
Inicialmente sólo estará disponible con motores V8, uno de gasolina con 372 caballos y otro diesel con 350 cv, ambos con 4.2 litros de cilindrada y con un nivel sonoro tan bajo que sólo rodando a fondo llegan a oírse en el interior. Con las dos motorizaciones V8 la tracción es integral, pero después del verano llegará un 3.0 TDI sólo con tracción delantera.
El consumo de combustible es bajo con ambos motores, en parte gracias a su peso y también a la ayuda del magnífico cambio Tiptronic de ocho velocidades que se estrena el A8 y que ofrece una extraordinaria suavidad en los cambios de relación.
Mucha tecnología
Lo más destacable es la perfecta interacción de todos los sistemas entre sí, desde la suspensión a la gestión del motor y el cambio hasta las luces adaptativas, todo ello tomando como referencia la información que ofrece el navegador. El Audi A8 es capaz de preparar la marcha más adecuada y el haz de luz antes de llegar a una curva porque el GPS ya ‘sabe’ cómo va a ser.
El manejo del MMI, el sistema que centraliza la mayor parte de las funciones del Audi, es ahora más sencillo. La novedad es la pantalla táctil que permite escribir con el dedo y que reconoce la escritura, por ejemplo, para introducir un destino en el navegador, aunque también podrá hacerse directamente con órdenes vocales.
Otro de los dispositivos que probamos es el sistema de visión nocturna con reconocimiento de peatones. En la pantalla del salpicadero aparece la imagen en blanco y negro como en todos los sistemas de este tipo, pero cuando detecta un peatón lo encuadra en amarillo para avisar al conductor.
