El precio de pack “Sporty Drive” de G-Power para el BMW M3 GTS es de 23.500 euros sin impuestos y sin instalación (en total, la suma de euros a desembolsar está cerca de 30.000 euros). ¿Mucho? ¿Poco? Según se mire: no hay ningún cambio en la carrocería (no se modifica ni el alerón trasero, ni se montan llantas más ligeras ni frenos de mayor diámetro) ni en el interior (bacquets diferentes). A priori parece que no, pero espera a descubrir lo que los chicos de G-Power han hecho en el propulsor del M3 GTS: el V8 de 4.4 litros de 450 caballos ha ido al gimnasio y ha ganado 185 caballos de puro músculo.

Para lograrlo, el trabajo se ha centrado en la gestión de la sobrealimentación, en la incorporación de un compresor volumétrico, una nueva centralita electrónica que controla de forma diferente los parámetros de inyección y un escape de titanio inédito que facilita la expulsión de los gases (en el M3 GTS, sólo las colas de escape son de este material), sin olvidarse de pequeños aditamentos de fibra de carbono alrededor del motor (lo que, en teoría, ahorraría algunos gramos). Con todo esto no es de extrañar que las prestaciones sean superiores gracias a los 185 caballos extra: un 0 a 100 kilómetros/hora en 4,2 segundos (4,4 en el M3 GTS), un 0 a 200 kilómetros/hora en 11,9 segundos y una velocidad punta de 323 kilómetros/hora.

Ahora te toca decidir si merece la pena gastarse cinco millones de las antiguas pesetas en una mínima mejora en las prestaciones aunque si crees que un BMW M3 GTS no es lo suficientemente exclusivo y tu cuenta corriente tiene varios ceros, quizá no sea descabellado. Para el resto de mortales, sí.

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