El próximo mes de mayo llegará una versión totalmente renovada de este atractivo y práctico todo terreno, en el que la posibilidad de contar con hasta siete plazas es uno de los principales argumentos. A los cambios estéticos llevados a cabo y que principalmente afectan al frontal se une la disponibilidad de una nueva y más completa gama de motores. Se trata de cuatro nuevas opciones que se pueden combinar con una nueva transmisión manual o automática de seis velocidades. La gama incluye dos variantes de gasolina de 2.4 y 3 litros y dos turbodiésel de 2.2 litros. Las opciones de gasolina tienen distribución variable de válvulas. El 2.4 aporta 167 caballos y un consumo combinado de 8,9 litros por cada 100 kilómetros, junto con una aceleración de 0 a 100 kilómetros/hora en 10,5 segundos.

Por su parte la variante gasolina más potente –que llegará a España después del verano– es un V6 de 3 litros que ofrece 258 caballos. Incluye por primera vez en el Captiva inyección directa y distribución variable. Tiene una velocidad máxima de 198 kilómetros/hora, una aceleración de 0 a 100 en 8,6 segundos y un consumo medio de 10,7 litros.

En cuanto a las variantes turbodiésel, que previsiblemente serán las más vendidas en España, comparten cilindrada –2.2 litros– y estarán disponible con dos potencias 163 ó 184 caballos. Todas las versiones se pueden combinar con tracción delantera o total y según motorizaciones se puede incluir una nueva trasmisión automática de seis velocidades que se puede manejar en modo completamente automático o cambiar de marcha moviendo la palanca –carece de levas detrás del volante–. En este nuevo cambio destaca el escalonamiento, con una primera bastante corta para favorecer las aceleraciones y una sexta larga para minimizar el consumo de combustible.

Ayudas electrónicas

Gracias a sistemas como el Hill Start Assist, que mantiene el vehículo quieto en pendiente del 3% o superiores durante un segundo y medio después de soltar el pedal de freno se facilitan mucho los arranques en cuesta. Por su parte, la función de control de descenso –DSC– también es muy útil para evitar sobre cargar el sistema de frenos en las pendientes más pronunciadas. Con sólo colocar el cambio en punto muerto y pulsar la tecla el sistema controla la velocidad y evita las pérdidas de adherencia, el conductor sólo deberá entonces manejar el volante, que por cierto resulta algo grande en cuanto a su diámetro.

En conducción en asfalto se precia una suspensión más rígida que minimiza los balanceos de la carrocería, pero la dirección muestra un tacto con demasiada asistencia que exige un periodo de adaptación. La posición al volante es elevada, aunque se echa en falta unos asientos más ergonómicos que proporcionen más sujeción. El interior es amplio y la tercera fila de asientos es muy práctica, aunque la habitabilidad es limitada para los ocupantes de esta ubicación. Estos asientos se pliegan cómodamente y permiten aumentar la capacidad de carga del maletero hasta los 769 litros.

El Captiva llegará a nuestro mercado en el mes de mayo por un precio que parte en los 25.160 euros para la versión 2.4 gasolina y acabado LS y llega hasta los 36.545 euros para el 3.0 gasolina V6 de 258 caballos automático, con tracción total y acabado LTZ.

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Rodrigo Pareja

Periodista especializado en movilidad en todas sus variantes: coche, moto, bicicleta, patinete eléctrico... y no siempre por este orden, dado que la forma en la que nos desplazamos está cambiando. Más de 20 años de experiencia en el mundo del automóvil y en constante adaptación en un sector que no deja de generar noticias.