No sólo de diseño y de siete años de garantía vive Kia, también lo hace de unos niveles de terminación y de fabricación excelentes, como demuestra el último vehículo que ha llegado a los concesionarios, el Sorento. El todocamino coreano evoluciona cualitativamente en todos los aspectos y para comprobarlo, cinco lectores se tapan los ojos para que sus sentidos del tacto, el oído y el olfato perciban realmente la evolución sufrida.
"Cómo huele a nuevo", nos dicen uno a uno de nuestros 'analistas'casi por unanimidad al sentarse en el asiento del copiloto tras lo cual, las manos van directamente al cuero y a los plásticos blandos que cubren el salpicadero y la zona media de la consola central. "¿De verdad no se trata de un coche europeo?", dice Roberto Guerra. "Estos asientos son de un deportivo", piensan Fernando Varela y Pablo Gutiérrez debido al mullido y las orejas de los mismos, mientras que a David Capuno le maravilla el equipo de sonido Dynaudio, "que suena a gloria".
Todo es de su agrado
Llega la hora de conocer el coche que van a conducir y se llevan una grata sorpresa. "La verdad es que este Sorento ha cambiado la imagen que tenía de Kia" comenta Pablo. "Tras circular con él sólo puedo decir que el cambio automático es muy progresivo y la carrocería apenas inclina en los apoyos", termina. Fernando, Roberto y David coinciden en que el modo Eco ayuda a contener el consumo y el Sport facilita los adelantamientos.
Carlos Benítez, en su faceta de padre y justo antes de ponerse a los mandos, se fija en detalles como la parte posterior de las butacas delanteras "que son de fácil lavado" o la posibilidad de limpiar las fundas de las plazas de la tercera fila "por si los niños la ensucian" o el tamaño de la pantalla táctil de ocho pulgadas: "es grande, acorde con el coche". Y que lo diga.
Valoración
Carlos Benítez, David Capuno, Fernando Varela, Pablo Gutiérrez y Roberto Guerra no imaginaban que el automóvil que tenían ante sí era el Kia Sorento… hasta que se quitaron el antifaz. De líneas bonitas y espacio más que suficiente para una familia española media gracias a la modularidad interior –con cinco asientos, el maletero cubica 605 litros–, la maniobrabilidad que muestra tanto en ciudad como en la carretera y la economía de uso han sido los principales argumentos a favor. Pero, al final de la jornada, hay una palabra que no ha parado de repetirse en todo momento: calidad.
