La entrada en vigor de la nueva norma de emisiones Euro 5 para coches matriculados a partir del próximo enero, ha propiciado una profunda revisión del bloque 1.6 CRTD para mejorar su eficiencia. Los cambios han afectado a la culata, que ahora pasa a ser monoárbol y de sólo dos vávulas por cilindro, distribución que aligera el bloque y sobre todo rebaja las fricciones internas de las piezas móviles. Los cilindros son ahora alimentados directamente por inyectores piezoeléctricos en lugar de solenoides, más precisos en su dosificación del combustible.
El turbocompresor de geometria variable es también nuevo y de mayor eficiencia. En el escape, se ha sustituido el anterior sistema de filtro de partículas por otro que ya no requiere del recurso de un aditivo como el anterior. En cuanto a la transmisión, la anterior caja de cambios de cinco relaciones se ha sustituido por otra desarrollada para la ocasión, con seis relaciones, especialmente escalonadas para rebajar al máximo las revoluciones del motor en las marchas finales.
El motor tiene ahora seis caballos más de potencia y 3,06 kilográmetros más de par motor, siendo más satisfactorio en sus respuestas a bajo y medio régimen. También resulta más silencioso mecánicamente, aunque lo desmultiplicado de las dos últimas relaciones obligan con frecuencia a reducir a cuarta para disponer de mejores recuperaciones en carretera. El consumo ha bajado de forma sorprendente, consiguiendo una media homologada de 4,4 litros cada cien kilómetros, a la vez que las emisiones se sitúan en 117 gramos por kilómetro, por debajo de los 120 que eximen del pago del impuesto de matriculación, por lo cual el Mazda 3 1.6 CRTD puede llegar con un precio de acceso más que interesante para su categoría.
Por lo demás, el compacto de Mazda destaca por ofrecer un buen comportamiento dinámico, un espacio interior superior a la mayoría de sus rivales y un nivel de equipamiento elevado para un coche de su precio.
