En Estados Unidos se hace todo a lo grande, no hay términos medios, ni mucho menos pequeños, y esa máxima se ha trasladado siempre a la industria del motor americana. De esta forma nacieron los muscle car de la década de los sesenta, bestias con enormes motores que eran capaces de torcer el cuello a cualquiera. Por fortuna ese ideal sigue muy vivo hoy en día, y un claro ejemplo es el nuevo Dodge Charger SRT Hellcat, una berlina de 717 caballos.

Dodge lo define como el sedán más rápido y potente del mundo, y desde luego nosotros no vamos a discutirlo, ya que acostumbrados a nuestros coches europeos, esta nueva bestia de Detroit incluso asusta. Y es que deja en “ridículo' a los ya impresionantes BMW M5, Audi RS6 o Mercedes E 63 AMG con sus prácticamente 600 caballos de potencia y sus tiempos por vuelta en Nürburgring, para centrarse en lo suyo, la potencia pura y dura y la goma quemada a base de acelerador.

El corazón de esta berlina viene heredado de su hermano el coupé Challenger SRT Hellcat. Se trata de un bloque V8 de 6.2 litros sobrealimentado por un compresor volumétrico que produce 717 caballos, todos ellos directos a las ruedas traseras, que tienen que soportar un par máximo de 880 Newton metro. La encargada de transmitir semejante fuerza es una caja de cambios de ocho velocidades, mientras que para garantizar un buen comportamiento se ha recurrido a una suspensión adaptativa.

La división SRT de Dodge ha echado el resto recurriendo a componentes de altísima calidad, como las llantas de 20 pulgadas forjadas en aluminio y montadas sobre unas gomas Pirelli P Zero, o los frenos firmados porBembo con discos de 390 milímetros y pinzas de 6 pistones. Teniendo en cuenta sus prestaciones, qué menos que semejante equipo de frenado para detener a este monstruo que alcanza 330 kilómetros por hora y hace el paso de 0-160-0 en 13 segundos. Los pistones forjados, el cigüeñal de acero forjado o las culatas de aleación de aluminio con tratamiento térmico aseguran que el motor soporte sin rechistar tan tremendas prestaciones.

Componentes de primer nivel y una dotación tecnológica de primera que permite elegir entre tres modos de conducción

Para aquellos que dicen que los coches 'Made in USA' solo valen para ir en línea recta, Dodge pone a su disposición tres modos de conducción diferentes que les harán cambiar de opinión. Al cambiar de uno a otro cambian diferentes parámetros para variar el comportamiento del vehículo, entre los que se encuentran la entrega de potencia, la dirección, las ayudas electrónicas, la transmisión y la tracción. A todo esto se suman los cuatros modos de la suspensión, que son Eco, Sport y Track, además de uno que se puede configurar a nuestro antojo. Por último, el Hellcat cuenta con un launch control que permite aceleraciones sin compasión.

Aunque lo importante de este coche esté por dentro, la parte estética también es trascendente, y en este sentido recibe un nuevo frontal con el emplema SRT que da paso a un enorme capó construido en aluminio en el que destacan las tomas de aire. También son específicas las llantas, el alerón posterior y el difusor trasero que integra las dos salidas de escape.

Por dentro, los asientos deportivos tapizados en cuero y alcántara comparten protagonismo con un volante achatado presidido por la insignia de SRT, una instrumentación con iluminación roja y una pantalla táctil de 8,4 pulgadas colocada en la consola central.

Desconocemos su precio de venta, aunque si podemos asegurar que no llegará a Europa. Su producción comenzará a principios de 2015, y a la hora de recibirlo Dodge se lo entregará a sus dueños con dos llaves, una negra y una roja. la primera para usarlo de forma más civilizada y la segunda para aprovechar cada uno de sus más de 700 caballos.

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