La ecología no está reñida con las prestaciones o al menos así lo demuestra Volvo con la nueva versión del motor D5 que está disponible a partir de ahora en sus modelos más altos de gama. La potencia de este propulsor pasa de 205 a 215 caballos y el par se incrementa 20 Newton/metro, hasta 440. La mejora en consumo medio se cifra según el fabricante en un ocho por ciento de media, lo que en el caso concreto del S80 supone un combinado de 4,9 litros / 100 kilómetros (129 gramos / kilómetro de CO2, por lo que no varía el tipo del Impuesto de Matriculación, que se mantiene en el 4,75%). En los V/XC 70 estos consumos suben a 5,1 y 5,6 litros respectivamente.

Los cambios introducidos en el motor para lograr mejorar sus registros en ambos campos se han producido en las piezas internas, que ahora tienen menor fricción entre sí y por tanto generan menores pérdidas de potencia por rozamiento. Estas nuevas medidas se unen al equipamiento de este turbodiésel de 2.4 litros de cilindrada presentado en 2008: doble turbo secuencial e inyectores piezoeléctricos que permiten una notable potencia en una amplia banda de uso.

El D3 también se apunta
El otro motor que presenta novedades en la gama V/XC70 y S80 es el D3, que recibe la receta de reducción de fricciones aplicada al D5. Este 2.0 litros con una potencia de 163 caballos y 400 Nm de par no mejor la potencia, pero sí reduce el consumo, que sin embargo no es mejor que el del motor más grande: 4,9 l/100 kilómetros en el S80, 5,2 en el V70 y 5,5 en el XC70.

DRIVe con más brío
La versión “ecológica” de los S80 y V70, DRIVe –que no está disponible en España- sigue montando el pequeño diesel de 1.6 litros, pero los técnicos de Volvo han logrado aumentar su potencia de 105 a 115 caballos sin incrementar el consumo. Sus emisiones se mantienen en el límite de los 119 gramos / kilómetro (por lo que estaría exento de pagar Impuesto de Circulación) y cuentan con sistema Start / Stop y caja de cambios manual.