Al McLaren MP4-12C le han pasado varias cosas en Pebble Beach, el concurso de elegancia que cada año se convoca en tierras americanas. Para empezar, del nombre desaparecen las letras MP y el número cuatro y se le añade la terminación Can-Am Edition Racing Concept; se continúa por un leve incremento de potencia del V8 de 3.8 litros, que pasa de los 625 caballos a los 630, para terminar con una importante transformación estética y mecánica que afecta a su rendimiento. ¿El resultado? McLaren tiene casi listo el bólido con el que participará en diversas carreras yankees de forma exclusiva.
De su esculpida carrocería, con idéntico chasis al modelo de producción, llama poderosamente la atención la tonalidad naranja con la que está bañada, un guiño a los coches que Bruce McLaren y Denny Hulme pilotaron en las exitosas décadas de los 60 y 70. Este color contrasta con las partes rematadas en negro satinado –techo o puertas, por ejemplo– y la fibra de carbono, repartida en la rejilla del radiador, las puertas 'de tijera' y la protección del motor, entre otros.
Además, los diversos aditamentos aerodinámicos que consiguen aumentar la carga un 30% –downforce–, como los pequeños deflectores del frontal o el alerón trasero, han sido evolucionados con los mismos procedimientos que emplea la escudería de Woking en la Fórmula 1. La imperceptible mejora de caballería se debe a un perfeccionamiento en la calibración de la inyección y una optimización del sistema de refrigeración sin olvidar la reducción de peso: se pasa de los 1.435 kilogramos de serie a estos interesantes 1.200.
En el habitáculo, por su parte, no puede faltar también un toque especial como el que desprende el exterior. Los dos bacquets instalados, con cinturones de seguridad de seis puntos de anclaje, nos catapultan, y sin probarlos, a las carreras. La dirección, procedente del 12C GT3, se maneja a través de un volante inspirado en el del McLaren MP4-27 con el que se 'pelea' Lewis Hamilton en cada Gran Premio. Un último dato para los curiosos: el aire acondicionado es de serie puesto que en numerosas pruebas se exige que los coches tengan este dispositivo para confort de los pilotos.
Hamilton sobre el 'halo': "Aprecio la búsqueda de seguridad pero la F1 está bien así"
