Si algo se ha criticado más de una vez al popular Mini es una habitabilidad reducida en las plazas traseras, acompañado de una capacidad exigua del maletero. Para satisfacer las demandas de estos puristas que querían sentir las sensaciones Mini en un modelo más racing, la marca británica bajo dominio alemán lanza al mercado el sexto modelo de su gama, el Roadster, un Mini totalmente inédito y hermano directo del Coupé, presentado éste en pleno verano y que ya probamos en su momento. Sus dimensiones compactas (3,72 metros de largo, 1,68 metros de ancho y una altura de 1,39 metros) permiten rivalizarlo directamente con el MX-5 de Mazda, todo un referente de las sensaciones a cielo descubierto. Para ello este nuevo Mini es un estricto biplaza con un maletero que pasa de los 170 litros del Mini Cabrio a los 240 de este Roadster, todo ello acompañado de un amplio equipamiento (principalmente opcional aunque de serie todos los modelos contarán con dirección asistida en función de la velocidad, espejos retrovisores exteriores de regulación eléctrica, Park Distance Control, asientos regulables en altura y equipo de audio con unidad CD compatible con MP3 y conexión AUX-In, entre otros), sin olvidar las posibilidades de personalización a través del catálogo Mini Yours (molduras, colores, llantas, pegatinas…).

Para elegir entre cuatro motores

El Mini Roadster tendrá una gama mecánica inicial compuesta por cuatro variantes, tres de ellas gasolina y una Diesel. Esta última es la Cooper 2.0 SD de 143 caballos (aceleración 0 a 100 kilómetros/hora: 8,1 segundos; velocidad máxima: 212 kilómetros/hora; consumo medio: 4,5 litros), mientras que los propulsores de combustión interna son los Cooper 1.6 de 122 caballos (aceleración 0 a 100 km/h: 9,2 segundos; velocidad máxima: 199 km/h; consumo medio: 5,7 litros), Cooper S 1.6 de 184 caballos (0 a 100 km/h;: 7,0 segundos; velocidad máxima: 227 km/h;; consumo medio: 6,0 litros) y la preparada John Cooper Works 1.6 de 211 caballos (aceleración 0 a 100 km/h;: 6,5 segundos; velocidad máxima: 237 km/h;; consumo medio: 7,3 litros). Las prestaciones son ligeramente inferiores al Coupé debido a la aerodinámica y un peso extra no superior a los 50 kilogramos. Las dimensiones exteriores también varían en función de la variante: cuanto más potente, el Roadster es más largo y más bajo (apenas milímetros en cada caso).

La capota, de lona

Lejos de emplear una capota metálica, en Mini han optado por una de tela, de corte clásico. Fabricada en material textil repelente al agua, su proceso de desplegado se realiza de forma manual: hay que soltar el pasador de seguridad del techo y, a continuación, tirar de ella hacia atrás hasta que queda encajada en forma de zeta detrás de los asientos. Para plegarla, basta con pulsar un botón que la libera (se encuentra entre los dos asientos) y la eleva un poco para que el conductor o el acompañante puedan acceder a ella de forma más directa; se pliega y se pone el cierre del techo. Para garantizar la seguridad, el parabrisas tiene una inclinación superior de 13º, está reforzado y los asientos cuentan con arcos de seguridad integrados visibles. El funcionamiento del pequeño alerón posterior se activa de forma automática a partir de los 80 kilómetros/hora, aunque se puede dejar fijo con una tecla (al igual que ocurre con el Coupé). Se puede circular con el desplegado tanto con la capota puesta como sin ella.

El Mini Roadster estará a la venta en enero de 2012 con precios que partirán desde los 23.000 euros. Ya puedes verlo en acción en su primer vídeo promocional, rodado en Estambul (Turquía):

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