Opel está ultimando los detalles del nuevo Corsa de cara a su lanzamiento este otoño. La sexta generación del modelo se ha puesto a prueba en todo tipo de condiciones extremas para garantizar su óptimo funcionamiento y uno de los lugares más indicados para este cometido es el Círculo Polar Ártico, donde las temperaturas bajan hasta los -30 grados.

Los ingenieros del departamento de control del chasis de Opel han estado configurando los sistemas de control de estabilidad, tracción y el antibloqueo en superficies de bajo agarre y con temperaturas extremadamente bajas. El propósito de estas pruebas es comprobar el correcto funcionamiento de los sistemas de control y ofrecer altos niveles de seguridad, comodidad y dinámica de conducción.

La pista del Centro de Pruebas de Dudenhofen también fue el escenario para poner a punto la nueva generación del Corsa para conducir en autopista, poniendo énfasis en la dirección y la suspensión del vehículo. Los amortiguadores están diseñados para reaccionar ante la menor ondulación en la superficie de la carretera o cambiar de dirección. En cuanto a la dirección asistida en función de la velocidad, se ha calibrado para ofrecer una óptima precisión y una buena respuesta.

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Tras completar las pruebas para la autopista, el nuevo Corsa pasó por un test donde se sumergió desde una profundidad mínima de 25 centímetros para comprobar su estanqueidad y evitar que no entre agua ni en el habitáculo ni en el motor. Todas las partes que componen el vehículo deben permanecer protegidas del agua y el coche tiene que seguir funcionando.

Opel Corsa 2019: la sexta generación llega con un toque eléctrico