El prototipo que Peugeot mostrará en el Salón de Frankfurt encajará sin problemas entre los más peculiares creados por la marca de los últimos tiempos. Lo ha bautizado como Fractal y representa más que nunca un auténtico laboratorio con el que probar las futuras maneras de concebir el habitáculo y la experiencia de conducción. Peugeot incide, en particular, en nuevas técnicas para conceder más importancia al sonido en la ergonomía propia del vehículo.
La idea reside en que el sentido del oído participe tanto en el uso de sus elementos como el tacto y la vista. Peugeot funda ese planteamiento en tres pilares. El primero se atribuye al equipo de sonido, un 9.1 dotado de un sofisticado software que lo transmite y reproduce con la mayor fidelidad posible. Su introducción en el habitáculo se efectúa a través de ocho altavoces frontales y cinco traseros, todos con membrana de fibra de lino confeccionada por el especialista francés Focal.
Los dígitos 9.1 se acompañan de un tercero, el 2, que hace referencia a la innovadora característica de este equipo. Una start-up estadunidense denominada Subpac ha diseñado para el Fractal un sistema de canalización táctil de los bajos integrado en los respaldos de los asientos. En vez de recibirlos por el aire, los ocupantes los sienten directamente en su cuerpo por donde llegan al oído interno. Este método no solo produce una sensación única, sino que también evita que la calidad del sonido se diluya a causa de interferencias del exterior.
El segundo pilar consiste en la generación de señales auditivas virtuales combinando el equipo 9.1 con el sistema de navegación. La propuesta de Peugeot trasciende de largo la típica voz que ofrece desde el salpicadero las indicaciones de la ruta que debe seguir la persona que conduce. El Fractal la convierte en un pasajero más del coche.
Esta tecnología, elaborada por el laboratorio de investigación StelLab de PSA Peugeot Citroën, realiza lo que la marca describe como la "espacialización" del sonido. La voz sintetizada del navegador se emite desde distintos puntos del vehículo en función de la orden que vaya a dar. Si se trata de un giro, se coloca en el lado hacia el que el conductor tiene que virar. En intersecciones se queda dentro del habitáculo para avisarlo con tiempo de por dónde se incorpora el tráfico y si no se prevén cambios de dirección, se ubica delante del coche a cierta distancia.
El tercer pilar lo forman el resto de dispositivos que aumentan su presencia en el Fractal. Las luces largas, los intermitentes o el encendido del motor también se manifiestan acústicamente. Incluso el propio automóvil posee sus propias melodías, compuestas por el músico y DJ brasileño Amon Tobin.
Los ocupantes lo escuchan primero nada más acceder al interior cuando se abren las puertas. Los peatones y ciclistas lo oyen después cuando el Fractal está en movimiento. El vehículo cambia su sonoridad para informar a los demás usuarios de la vía pública de si está acelerando, frenando o mantiene una velocidad de crucero. Una comunicación con los viandantes que no estropea la ausencia de contaminación acústica lograda por el motor eléctrico y los neumáticos especiales con cámaras anecoicas que atenúan al máximo el ruido del rozamiento.
Estos neumáticos y los materiales del interior albergan otra característica particular del Fractal. Peugeot lo utiliza para explorar la posibilidad de aplicar la impresión en 3D a la fabricación de automóviles en serie. El 80 % del habitáculo del prototipo, cuya selección de acabados se inspira en los de auditorios y estudios de grabación, se ha moldeado con esta técnica porque permite obtener formas inalcanzables de otro modo capaces de mitigar el eco y expandir el sonido tal y como quería la casa francesa.
Un apartado adicional del Fractal que Peugeot trasladará a sus productos disponibles al público es la conexión del automóvil con un reloj inteligente. La marca gala se apunta a esta moda de la mano de Samsung y su Gear S. El aparato refleja en su pantalla múltiples datos y funciones del coche como el nivel de carga de la batería, la temperatura del interior o su localización, además de actuar como llave al ser capaz de abrir las puertas.
Y tampoco falta una evolución del puesto de conducción i-Cockpit que estrenó el 208 en 2012. En este caso, el sistema proyecta una imagen holográfica en alta definición a la altura de los ojos más cómoda de leer que la pantalla actual. Se complementa con una tira de policarbonato inclinada 45 grados en la que se disponen más detalles del coche con un efecto de profundidad.
En concepto, el Fractal consiste en un deportivo compacto de 3,81 metros de longitud y 1,77 de anchura con voladizos cortísimos de 0,52 metros. Tiene un techo desmontable para transmutarlo en cupé o descapotable según la preferencia de sus usuarios -el sonido del interior se altera igualmente dependiendo de si se quita o se deja puesto-.
Este prototipo se alimenta de dos motores eléctricos de 102 CV, uno para cada eje -dispone de tracción total-. Su batería de iones de litio de 30 kWh de capacidad proporciona una autonomía de 450 kilómetros. El conjunto apenas supera la tonelada de masa y ofrece una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos. Además es posible modificar la altura de la suspensión hasta cuatro centímetros.
