De hecho ha pasado de llamarse Racing a llamarse Performace y aunque los cambios exteriores son sutiles y afectan sobre todo al frontal con la identidad de marca DS, en el apartado mecánico las cosas cambian y mucho. La potencia del 1.6 turbo solo ha subido en 6 caballos, que son casi inapreciables, pero esos 208 caballos que ahora ofrece el DS 3 Performance se entregan de una forma completamente distinta. De entrada la inyección directa se produce a una presión de 200 bares, muy superior a la del anterior modelo. La culata es completamente nueva para incorporar el sistema de admisión y escape variable y el turbo sopla “a pleno pulmón” desde las 3.500 vueltas, con una presión “normal” de 1 bar que, gracias aloverboost, puede aumentar hasta 1,4 durante ocho segundos, ofreciendo una sensación de mayor empuje en situaciones en las que se pisa muy a fondo el acelerador.

Pero los cambios más profundos están en el bastidor que ahora tiene 2,6 centímetros más de anchura en la vía delantera y 1,4 en la trasera, además de haber rebajado la suspensión 1,5 centímetros. Los muelles son nuevos y los amortiguadores de tres válvulas también. Los frenos delanteros son Brembo con pinzas de cuatro pistones y se incorpora un diferencial mecánico Torsen. El cambio de marchas tiene ahora relaciones más cerradas y se ha acortado especialmente el paso entre segunda y tercera.

Pero para poner a prueba toda esa eficacia hemos podido hacerlo en un espectacular tramo de carreteras, cerrado para la ocasión, en la provincia de Ávila, con el campeón de Portugal de rallys 2015 y piloto oficial DS, Pedro Fontes, como “liebre”. Las compactas dimensiones del DS 3 Performance y espectacular comportamiento hacen que en estas circunstancias te sientas como un verdadero piloto, aunque seguro que sin Pedro Fontes delante al que “copiar” cada frenada y cada trazada, no hubiéramos conseguido los mismos resultados, aunque el DS 3 pudiera ir todavía más rápido. La forma de apoyar en cada curva, la precisión con que lo hace y el perfecto calibrado del Torsen y la electrónica consiguen que incluso la conducción más agresiva se pueda realizar de una forma que no resulta violenta.

El motor sube de vueltas de una forma contundente, sin el más mínimo altibajo desde las 1.800 vueltas, tanto que es fácil llegar al corte de inyección si a la salida de una curva no eres lo suficientemente rápido como para engranar una marcha superior. El comportamiento general es sorprendentemente neutro, para tratarse de un tracción delantera de dimensiones bastante compactas y solo jugando con las inercias al inicio de los apoyos se llega a notar un ligero movimiento de la trasera, fácilmente controlable. Pero lo más sorprendente es la absoluta eficacia para traccionar; el diferencial Torsen y el control de tracción y estabilidad trabajan a la perfección sin brusquedades y el testigo de que la electrónica empieza a funcionar se enciende increíblemente tarde para lo que suele ser habitual en los pequeños GTI, además de hacerlo sin reducir el par motor de una forma drástica, que es lo primero que se nota cuando la electrónica quiere controlar la situación. En el DS 3 Performance siempre se tiene la sensación de que el control está en manos del conductor-piloto. Pero como no todo es perfecto la dirección tiene un tacto excelente en cuando a dureza, pero 3,1 vueltas es demasiado para un coche con un carácter y un bastidor tan conseguidos. Algo parecido ocurre con el manejo del cambio, muy bueno en cuanto a relaciones y escalonamiento, pero algo lento y poco preciso a la hora de insertar las marcha. A pesar de estos dos pequeños “peros” el DS 3 Performance es un coche para disfrutar y del que no te quieres bajar, porque además resulta cómodo en una conducción normal a pesar de su elaborado bastidor.

El DS 3 Performance está a la venta desde 27.290 euros con carrocería cerrada y por el Cabrio hay que pagar 2.800 euros más. También hay una versión denominada Black Special, con pintura negra mate y techo en dorado mate, con un equipamiento más completo y que tiene un sobreprecio de 3.000 euros, tanto en el cerrado como en el Cabrio. También llegarán a España dos unidades de la edición especial B.R.M. desarrollada con el fabricante francés de relojes de lujo B.R.M. y compuesta solo por 39 unicades. Su acabado es similar al Black Special pero al revés, carrocería dorado mate y techo negro, y que incorpora un reloj de la marca, especialmente diseñado para este modelo, valorado en unos 4.000 euros.