El resultado final es un coche confortable y bien equipado, que demuestra en carretera ser un rodador incansable y que también es apto para circular por caminos a diario. Pero que nadie espere de este Koleos un espacio interior magnífico, ni el volumen de carga de un Grand Scénic. Sus principales virtudes son la versatilidad y la estabilidad de su bastidor, pero presenta ciertas carencias como coche familiar.

Conducción

En carretera, el Koleos demuestra ser un coche suficientemente cómodo de suspensiones, que marcha bien amortiguado y es muy estable. Sólo cuando exprimimos al límite el motor 2.0 dCi de 175 caballos en el puerto de montaña, percibimos unos ligeros balanceos de la carrocería, que no nos invitan en absoluto a acelerar el ritmo de la marcha y que nos hacen movernos de un lado al otro del asiento. Sin embargo, cuando lo hacemos percibimos como las cuatro ruedas permanecen pegadas al asfalto y el bastidor no se sale en ningún momento de la trazada. El sistema de tracción integral también es determinante en conducción decidida y a poco que el tren delantero pierde motricidad, el trasero recibe hasta un 50% del par del motor y nos asiste providencialmente, devolviendo el coche al sitio.

Gracias a esta ventaja mecánica el Koleos puede considerarse como un coche de reacciones nobles, seguro y fácil de conducir.

Sin embargo, este buen comportamiento dinámico general se ve perjudicado por dos inconvenientes: la dirección, que es demasiado blanda e imprecisa, y la capacidad de frenado, que en estas circunstancias no es demasiado elevada. En parte, esto nos puede parecer normal, si tenemos en cuenta que los cuatro discos de freno han de sujetar un coche de 1.750 kilos de peso animado por un motor de 175 caballos. Pero siendo realistas hay coches de su misma categoría que destacan mucho más en este aspecto, como el Citroën C-Crosser o el Honda CR-V y que, además, tienen mayores prestaciones.

Abandonamos la carretera para circular por zonas montañosas, caminos y pistas de tierra, y en este ambiente el Koleos nos sorprende positivamente, sobre todo, porque el confort sigue siendo excelente incluso en estos tramos sin asfaltar. Además, cuando accedemos a lugares algo más complejos nos percatamos de que losángulos de ataque y de salida son muy buenos -27º y 31º, respectivamente- lo que nos da acceso a caminos en peor estado. En este ambiente, sólo la escasa altura libre con respecto al suelo del chasis -188 milímetros- le resta capacidad al Koleos. En cualquier caso, el correcto funcionamiento del sistema de tracción (que podemos fijarlo como permanente si no pasamos de 40 km/h) y la primera marcha, que es muy corta, nos permiten realizar nuestro recorrido habitual sin demasiados problemas, también beneficiados por el asistente de arranque en pendientes y del control de velocidad en descensos, que fija la velocidad en 7 kilómetros/hora (ambos forman parte del equipamiento de serie).

Seguridad

La buena motricidad y estabilidad del Koleos le confirman como uno de los coches más seguros de su categoría, sobre todo, si tenemos en cuenta que todos los sitemas electrónicos como el control de estabilidad ESP, o el de tracción ASR, forman parte del equipamiento de serie.

Además, los exitosos resultados en las pruebas de Euroncap también hablan a favor del todo camino de Renault en materia de seguridad pasiva: 5 estrellas en protección para adultos, cuatro sobre cinco en protección para niños, y dos sobre cuatro en atropello a peatones.

Confort

Tras probar el bastidor del Koleos tanto en conducción decidida, como en caminos de tierra, llega el turno de analizar las cualidades del coche que más pueden interesar a su comprador. Me refiero a características como el espacio disponible, el confort en marcha o la funcionalidad de un coche catalogado como crossover.

En este sentido, la principal ventaja que ofrece el Koleos es su puesto de conducción, especialmente elevado, que nos permite disfrutar de una visibilidad excelente en carretera. Desde las alturas, controlamos lo que sucede tanto delante como detrás de nosotros, gracias a los grandes espejos retrovisores exteriores y a los dos interiores, uno de ellos dedicado para ver las plazas traseras.

Satisfechos por la buena presentación y ergonomía del interior, emprendemos nuestro viaje en autovía. En este ámbito, el Koleos demuestra ser un rodador incansable. La sensación de velocidad es prácticamente nula a pesar de que rebasemos los límites legales y tan sólo algunos ruidos aerodinámicos típicos en los coches de estas características se cuelan en el interior.

Sin embargo, en las plazas traseras nuestra percepción cambia por completo. El habitáculo es prácticamente idéntico al del Nissan Qashqai, un coche robusto y versátil pensado para un uso urbano, y no familiar como el Koleos, aunque claro, el espacio interior de ambos es el mismo. Es decir, demasiado escaso si lo comparamos con otros coches de su segmento. A su favor, hay que decir que dispone de huecos útiles bien distribuidos, regulación de la ventilación, etc.

El maletero se abre en dos partes y la inferior puede soportar una carga de hasta 200 kilos, lo que lo hace más práctico para cargar objetos.

El problema reside una vez más en el espacio de carga, 450 litros, que se quedan cortos, aunque se puedan transformar en 1.380 con sólo accionar un tirador, el que acciona un mecanismo con el que los asientos traseros quedan completamente abatidos, dejando una superficie plana.

Por otro lado, el equipamiento es otro de los puntos fuertes del Koleos, que en acabado Privilege (el único con el que se ofrece este motor) dispone de todo lo necesario: faros bixenón adaptativos, retrovisor interior electrocrómico, tapicería y asientos de cuero, cortinillas laterales, climatizador bi-zona, techo panorámico, o freno de estacionamiento eléctrico automático. Sin duda, una dotación extraordinaria.

Mecánica

La versión más potente del 2.0 dCi de 175 caballos no logró convencernos en este Koleos ni por prestaciones ni por consumos. El consumo medio oficial es de 7,5 litros/100 kilómetros, lo que equivale a unas emisiones de CO2 de 197 gramos/kilómetro, pero nostros en conducción normal no llegamos a bajarlo de 8,2 litros en ningún momento. Por otro lado, las cifras oficiales hablan de una velocidad máxima es de 191 km/h y de una aceleración de 0 a 100 km/h que requiere de 9,9 segundos.

Y es que este motor dispone de un par muy elevado a medio régimen (360 Nm a 2000 vueltas) pero su ratio de aprovechamiento es más bien escaso. Abajo el motor está vacío (un efecto habitual en este tipo de mecánicas) y después, en la parte más alta del tacómetro, tiene un rendimiento bastante descafeinado. Este propulsor está asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades de desarrollos bastante largos, lo que contribuye a causar este efecto de bajo rendimiento en las aceleraciones y recuperaciones.

En definitiva, nos parece más aconsejable la versión de 150 caballos, que tiene un funcionamiento más suave, un consumo más contenido y logra unas prestaciones similares.

Tan sólo la sexta velocidad nos satisface, porque aunque es igualmente larga, nos permite circular en autovía a velocidades bastante elevadas sin que el motor gire a un régimen elevado, lo cual reduce el consumo y el ruido del motor en marcha. Eso sí, en cualquier repecho notamos la pérdida de eficacia del motor que nos demanda jugar con el cambio.

Veredicto

El Koleos es, probablemente, el SUV de diseño más familiar y tradicional del momento. Su imagen discreta hace honor a la verdad. Se trata de un coche cómodo y versátil, que rueda muy bien por caminos y es muy estable en carretera, pero que no destaca por las prestaciones de su motor Diesel de 175 caballos, ni por su relación calidad/precio, aunque el equipamiento de serie del acabado Privilege equilibre bastante el presupuesto final de 33.500 euros.

Lettermark
Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.