Ayer se cumplieron 50 años del fallecimiento de Le Corbusier, uno de los arquitectos más relevantes del siglo pasado y a quien Renault ha querido rendir tributo con este prototipo, uno de los más bellos que la marca gala ha realizado en los últimos tiempos.
Inspirado en la famosa Villa Saboya, el edificio más emblemático de Le Corbusier y también en los modelos de la "época dorada del automóvil francés", los años 30, Renault ha creado este coupé que muestra un capó ancho y largo, rematado en una parrilla hexagonal igualmente grande. Las llantas, o los pasos de rueda cromados también tienen un tamaño considerable, tanto que estos últimos habilitan un hueco portaobjetos en el que almacenar unas maletas especiales. Otros detalles no menos espectaculares son las puertas laterales de apertura antagónica o el habitáculo de diseño minimalista, con cuatro asientos y gran luminosidad gracias al amplio techo acristalado y a la luneta posterior.
En contraposición, la zaga es mucho más recogida, aunque cuenta con dos pilotos horizontales tan grandes que llegan a unirse así como con un difusor de aire y un escape propios de un supercar.
Sin embargo, Renault nos advierte: este prototipo es un mero ejercicio de diseño, una obra de arte de dedicada a Le Corbusier así que no fantasearemos demasiado imaginándonos cómo sería el superdeportivo del rombo.
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