Al igual que ocurrió con BMW, el fabricante británico Rolls-Royce comenzó a labrarse su exitosa historia en el mundo de la aeronáutica, construyendo potentes y resistentes motores que siempre quedarán en el recuerdo, especialmente el denominado Eagle VIII. Decimos esto porque este propulsor fue el mismo que llevó al bombardero Vickers Vimy, es decir, el encargado de completar el primer vuelo transatlántico de la historia.
Aquel hito se llevó a cabo en 1919, cuando Alcock y Brown volaron sin escalas desde San Juan de Terranova (Canadá) a Clifden (Irlanda), logrando una auténtica hazaña que la marca inglesa ha querido homenajear con el lanzamiento de un modelo muy especial que será exhibido en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este de este año. Se trata del Rolls-Royce Wraith Eagle VIII, un exclusivo ejemplar del que solo se fabricarán 50 unidades, el cual luce unos detalles estéticos únicos que están presentes tanto en el exterior como en el interior.
Si comenzamos con la parte externa nos encontraremos con una carrocería pintada con unos colores muy especiales que toman su inspiración en la fascinante aventura nocturna de Alcock y Brown. De esta forma, aparecen dos tonos grises diferentes, separados por una línea de latón, con una parrilla frontal vestida de color negro para imitar al carenado original de los dos motores Eagle VIII y unas llantas pulidas parcialmente con un acabado de sombra traslúcido.
Pero lo realmente importante se esconde en el interior y es que el equipo de Bespoke Collective de la marca ha realizado un trabajo sorprendente. Todo comienza con el gris Selby y el cuero negro que están acentuados con latón, seguidos por un salpicadero que trata de simular la vista que la pareja habría tenido a medida que se acercaban a tierra. Es aquí donde cobran importancia las incrustaciones de oro, plata y cobre en eucalipto ahumado, así como los laterales acolchados bordados en latón del túnel central, en un claro guiño al Vickers Vimy con motor V12.
Otros detalles llamativos incluyen las cubiertas de latón de los altavoces, que representan la distancia de vuelo estimada de 3.025 kilómetros, los monogramas RR bordados en hilos de este color en los reposacabezas, panel de la puerta del piloto con destello de esta aleación, así como una placa con la cita de Churchill en la que se elogia el extraordinario logro de los dos aviadores. No obstante, no podemos olvidar la presencia del característico reloj de los Rolls-Royce, el cual presenta un efecto de fondo helado que brilla con un verde tenue en condiciones de conducción nocturna, tal y como sucedía con el avión de 1919. Además, cuenta con una manecilla roja, líneas inspiradas en una brújula y unas coordenadas grabadas en su parte inferior, las mismas de la ubicación de aterrizaje.
Por último, pero no menos importante, toca hablar de uno de los aspectos más destacados del habitáculo del Wraith, el techo. Y es que un total de 1.183 luces LED muestran la disposición del cielo en el momento del vuelo en 1919, con la trayectoria del avión y las constelaciones bordadas con hilo de latón, entre otras cosas.
En palabras del director ejecutivo de Rolls-Royce Motor Cars, Torsten Müller-Ötvös: “Wraith Eagle VIII es a la vez un objeto de deseo; un homenaje a los héroes y un protagonista para los visionarios de hoy. Esta colección de Rolls-Royce pone de manifiesto las extraordinarias capacidades de nuestro Bespoke Collective de The Home of Rolls-Royce en Goodwood, West Sussex (Reino Unido). Bespoke sigue siendo la joya de la corona de la marca, creando artículos de lujo que desafían la moda de los fabricantes de lujo en masa que utilizan opciones de «marcar casilla» para responder a la demanda de los clientes”.
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta
