No esperes una revolución, sino cambios muy sutiles para este 'nuevo' Scirocco. El modelo sigue funcionando, así que en Volkswagen han decidido realizar pequeñas mejoras que lo actualicen para que siga luciendo un aspecto lozano y sus ventas no decaigan y sean boyantes como hasta el momento.
De su diseño exterior sobresalen los retoques sufridos en faros (de xenón con sobrecoste), pilotos (opcionales de led) y parachoques, así como los inéditos juegos de llantas y variaciones en las pinturas. En el interior la principal diferencia se centra en la instrumentación adicional ubicada en la parte alta de la consola central, con indicadores de presión del turbo, cronómetro y temperatura del aceite (muy similares por concepto a los que luce el Ford Focus ST).
En cuanto al renovado equipamiento, se podrán montar sensores de aparcamiento delantero y trasero así como un equipo de audio mejorado Dynaudio Excife. Además, al portón del maletero se le ha añadido una apertura exterior si se presiona el logo de VW (como ocurre, por ejemplo, en un Golf), función de la que carecía el modelo. Antes, para abrirlo, había que pulsar el botón correspondiente en el mando a distancia o una tecla habilitada para tal efecto en el habitáculo.
La gama mecánica sigue estando compuesta por seis motores, cuatro gasolina y dos Diesel. Todos ellos suben levemente la caballería y reducen el gasto de carburante: el 1.4 TSI pasa de 122 a 125 caballos (de 6,4 litros a los 100 pasa a 5,4 litros), se cambia el 1.4 TSI de 160 por un 2.0 TSI con 180 caballos, el 2.0 TSI sube de 211 a 220 caballos mientras que el tope de gama, el R de 265, 'salta' hasta los 280 caballos. En los Diesel se repite la fórmula y los 2.0 TDI de 140 y 177 caballos ahora están disponibles con 150 y 184 caballos respectivamente.
