Muchos coinciden en que es la peor película de la saga y quizás tengan razón ya que supuso un gran cambio respecto a las dos anteriores entregas, haciendo mucho hincapié en la cultura japonesa y especialmente en el mundo del drift. Sin embargo, “A todo gas: Tokyo Race” vuelve a la actualidad con uno de sus protagonistas de cuatro ruedas buscando un nuevo hogar.
Si recordáis, en la película dirigida por Justin Lin encontrábamos un gran conjunto de coches japoneses como el Mitsubishi Lancer Evo IX de Sean, el Mazda RX-7 de Han, el Mazda RX-8 de Neela o el Volkswagen Touran de Twinkie. Sin embargo, en el lado de los ‘malos’ el principal protagonista era el Nissan 350Z del ‘Drift King’ Takashi.
Hablamos de un modelo bastante modificado que hacia las delicias realizando grandes derrapadas por las calles de Tokio. Con un kit de carrocería desarrollado por Veilside y un motor V6 de 3.5 litros puesto a punto por APS con dos turbocompresores y una potencia final de 430 caballos y 570 Nm de par máximo, este Nissan está a la venta en AutoTrader por 99.950 £ (113.000 euros al cambio).
Se trata de uno de los dos ejemplares utilizados en la película que aún siguen con vida y el mismo que sirvió para realizar las famosas escenas de drift. Desde el año 2006 que salió la película, este 350Z ha permanecido a una colección privada tras ser adquirido a Universal Pictures tras el lanzamiento en la gran pantalla.
Al parecer se registró en Japón cuatro años antes del lanzamiento de esta entrega y está descrito según el director editorial de Autotrader como “único en todos sus aspectos” y “el coche de los sueños de cualquier aficionado a las carreras”.
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Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta
