El plan PIVE se acaba pero esta vez de forma definitiva. El gobierno valora positivamente el efecto que ha tenido en el mercado y es que con una inversión que alcanza los 1.115 millones de euros, se ha logrado dinamizar el sector y retirar de la circulación más de un millón de vehículos con una edad media de dieciséis años.
No obstante, ahora se abre un nuevo periodo en el que según ha recalcado el director general de Industria, Víctor Audera, los esfuerzos del ejecutivo se centrarán en apoyar las ventas de vehículos impulsados por energías menos contaminantes que los combustibles fósiles. "Entendemos que el PIVE ya ha cumplido su misión y está en fase de acabar, aunque va a haber otros programas de ayuda a la compra de vehículos orientados a la energía alternativa", aseguró Audea en declaraciones a Europa Press.
El director insiste en que la industria automovilística es clave para la economía nacional, de modo que sus planes pasan por seguir apoyándola pero con un programa distinto, que se denominará MOVEA. Del mismo, sólo conocemos que irá destinado a fomentar la compra de vehículos eléctricos, híbridos, de hidrógeno o incluso los que funcionan a gas.
La clave, subrayó Audera, es mantener un "equilibrio razonable" entre la reducción de las emisiones de los coches y el preservar la estructura industrial porque la propuesta inicial de la Comisión Europea (CE) en este sentido era "descabellada". Parece que ahora sí, ha llegado el momento de enterrar los clásicos vehículos gasolina y Diesel.
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