Si bien aún no es una tecnología con una gran implantación en el sector del automóvil, las estimaciones por parte de algunas marcas como Bosch son bastante optimistas y en plan es apostar por esta energía como forma de propulsión, las denominadas pilas de hidrógeno.
De hecho, según ha confirmado la marca en un comunicado el objetivo es implantar a nivel mundial este sistema y para ello ha firmado un acuerdo de colaboración Powercell Sweden AB, el fabricante sueco especializado en celdas para baterías.
Con este acuerdo se busca fabricar una celda de combustible con una membrana de polímetro electrolítico y que esta se pueda producir en serie. El sistema se implementará en las baterías de Bosch para su posterior venta a mercados de todo el mundo, a más tardar en el año 2022.
Según Bosch, entrar en este mercado resulta crucial dado que se estima que en el año 2030 el 20% de todos los vehículos eléctricos que circulen por el mundo estarán impulsados por celdas de combustible. Esto supondrá un mercado de miles de millones de euros.
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