Sin duda se trata de uno de los fenómenos que más protagonismo está cobrando en lo que a la movilidad en las grandes ciudades se refiere, el carsharing o coche compartido, pero ¿hasta qué punto merece la pena una utilización constante? ¿es más rentable un coche en propiedad?

En primer lugar hay que destacar la principal ventaja del llamado coche compartido: Disponer de un automóvil eléctrico y pagar por el tiempo exacto de utilización, sin tener que preocuparnos ni del combustible –electricidad en la mayor parte de los casos– ni de las tarifas de aparcamiento en superficie –en la calle–, ni del acceso a determinadas zonas. Además el usuario no se tiene que hacer cargo del matenimiento del coche.

Pues esto es lo que analiza un estudio del comparador financiero online iAhorro, el coste que supone a largo plazo el carsharing. Para ello se analiza el coste de dos de las compañías que actualmente ofecen este servicio en Madrid, Emov y Car2Go y el coste por kilómetro que nos supondría si usáramos estos vehículos durante 12 años. Tanto Car2Go, en primer lugar, como Emov, posteriormente, fueron pioneras en el carsharing a gran escala en Madrid y su éxito ha provocado la llegada masiva de otros operadores como Zity o WiBle.

La principal ventaja del carsharing es disponer de un automóvil eléctrico y pagar por el tiempo exacto de utilización.

Los principales usuarios de este tipo de servicios son los más jóvenes porque son servicios que se utilizan vía Internet, que permiten contratar un número de plazas determinadas, por ejemplo, o un trayecto concreto, y que cada vez cuentan con más adeptos y posibilidades.

Así, en el caso de un un Car2Go, el precio por kilómetro está a 0,39 euros por lo que si hiciéramos 10.000 km al año pagaríamos 3.900 euros. Si esto lo multiplicamos por un uso de 12 años, el coste total de su utilización se nos iría a 46.800. El caso de Emov, el precio sería un poco más económico. Su coste por km es de 0,27 por lo que si hacemos la misma multiplicación nos vamos a 2.700 euros al año o 32.400 en 12 años.

Según Esteban Viso, experto en finanzas del motor en iAhorro, este servicio es una opción muy interesante en las grandes ciudades donde suelen operar. “Su punto fuerte es que podemos hacer uso de un vehículo eléctrico cuando lo necesitamos realmente (siempre que esté disponible alguna unidad en las cercanías) y pagar por el uso que hagamos de él. El carsharing es una idea genial, pero para hacer un uso de este servicio de manera puntual”, destaca.

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Rodrigo Pareja

Periodista especializado en movilidad en todas sus variantes: coche, moto, bicicleta, patinete eléctrico... y no siempre por este orden, dado que la forma en la que nos desplazamos está cambiando. Más de 20 años de experiencia en el mundo del automóvil y en constante adaptación en un sector que no deja de generar noticias.