Francia ha vivido el los últimos meses un movimiento de protestas que ha dejado casi en jaque a todo el país cada fin de semana como respuesta a medidas del gobierno francés como una subida del precio de los combustibles que a la que finalmente se tuvo que dar marcha atrás. Unas protestas que han dado origen al llamado movimiento de los chalecos amarillos y que han dejado una gran cantidad de daños y no solo en las grandes ciudades donde se han concentrado las manifestaciones más grandes, sino también en las carreteras. Y para muestra una impresionante cifra.

Por que por primera vez el gobierno francés ha anunciado que cerca del 60% de los radares de carretera del país han sido destruidos desde el inicio del movimiento de los chalecos amarillos. Una cifra muy alta de los 3.200 radares fijos que existen en toda la red de carreteras francesas (2.500 de esos radares, de velocidad) que han sido neutralizados, destruidos o incluso quemados según ha declarado el ministro del Interior, Christophe Castaner, tras presentar su informe.

Los radares han sufrido una gran cantidad de daños desde verano, cuando el ejecutivo francés puso en marcha una bajada de la velocidad de 90 a 80 km/h en carreteras secundarias de doble sentido sin separador central

Hasta ahora el Gobierno de Emanuel Macron no se ha atrevido a vincular esta gran cantidad de daños al movimiento de los chalecos amarillos ni tampoco a ofrecer cifras concretas, pero lo cierto es que los radares de carretera han sufrido una gran cantidad de daños desde verano, cuando el ejecutivo francés puso en marcha una bajada de la velocidad límite de 90 a 80 kilómetros/hora en carreteras secundarias de doble sentido sin separador central. Una medida que no gustó a muchos conductores que acabaron respondiendo de esta manera.

Dañar un radar puede suponer una multa de hasta 30.000 euros y dos años de cárcel mientras que destruirlo completamente puede elevar la sanción hasta los 75.000 euros y unos cinco años de cárcel.

Headshot of Antonio Ramos Ochoa
Antonio Ramos Ochoa

Especializado en el mundo del motor, la competición y la tecnología, Antonio Ramos Ochoa es redactor de Car and Driver. Se comenta que antes de bajarse del carro ya iba diciendo el nombre de los coches que iba viendo por la calle. Unos cuantos años después sigue hablando de una de sus pasiones aquí. Aficionado al Motorsport, el cine, videojuegos y la historia, incluso se desfoga de vez en cuando al volante de un kart o un simulador.