Lamentablemente para el mundo del automóvil, parece que no hay un nuevo Viper en el horizonte. El salvaje deportivo V10 de Dodge ya es de por sí una rara avis y ahora cuando vemos uno sigue fascinándonos, quizás aún más que antes. Por eso ver a dos generaciones de la víbora americana juntas es todo un acontecimiento.

Por un lado tenemos el SRT-10 de tercera generación que estuvo presente en el mercado entre 2003 y 2007 con un impresionante look color negro con franjas plateadas. Por el otro, un Viper GTS color blanco de la última generación que marcó el regreso del famoso deportivo americano entre 2013 y 2017.

Asumiendo que ambos ejemplares son de fábrica, el Viper GTS más moderno tiene todas las de ganar. Su enorme V10 de 8.4 litros contaba con 649 CV, mientras que el viejo SRT-10 tiene un bloque 8.3 ligeramente más pequeño con algo más de 500 CV que fueron aumentando con el paso de los años en la gama.

Luego está otra clave interesante. El SRT-10 no contaba con control de tracción, lo que lo hace mucho más delicado en arrancadas como esta para un sprint de un cuarto de milla con toda su potencia saliendo directa a las ruedas traseras. En el caso de la última generación esto se modificó ligeramente con algo de asistencia electrónica esencial en coches de hoy en día.

Al final, a pesar de las diferencias lo cierto es que la batalla está más apretada de lo que uno podría esperar, pero preferimos que cada uno vea el resultado final sin spoliers.

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Antonio Ramos Ochoa

Especializado en el mundo del motor, la competición y la tecnología, Antonio Ramos Ochoa es redactor de Car and Driver. Se comenta que antes de bajarse del carro ya iba diciendo el nombre de los coches que iba viendo por la calle. Unos cuantos años después sigue hablando de una de sus pasiones aquí. Aficionado al Motorsport, el cine, videojuegos y la historia, incluso se desfoga de vez en cuando al volante de un kart o un simulador.