El empleo de sistemas de seguridad avanzados como el asistente de frenada –BAS– o el control electrónico de estabilidad –ESP– salvan vidas en nuestras carreteras. Tanto es así que, si todos los vehículos contaran con estos dos elementos, se dejarían de producir entre un 30 y un 60% de los accidentes registrados en la actualidad.
Así lo concluye un estudio realizado por Anfac Research y difundido por Bosch, que hace hincapié en la eficacia de los sistemas de seguridad activa de los coches. Por ejemplo, el asistente de frenada es capaz de salvar unos 1.100 atropellos a peatones al año en la Unión Europea y evitar uno de cada cuatro siniestros producidos en carretera y con daños a personas. En España, actualmente, sólo el 44% del parque móvil cuenta con alguno de estos elementos.
Sin embargo, entre los coches vendidos en nuestro mercado los últimos cinco años, el 93% sí cuenta con este asistente, además del ESP o control de estabilidad, que ha pasado a ser obligatorio para todos los vehículos nuevos recientemente.
El asistente de frenada BAS –Brake Assistance System– es capaz de aumentar la potencia de frenado al máximo cuando detecta una situación de emergencia y aunque el conductor no pise a fondo el pedal del freno, algo que por desconocimiento sucede de forma bastante habitual. El ESP, por su parte, corrige la trayectoria del coche actuando sobre los frenos para devolverlo al sentido correcto de la marcha.
Según este último barómetro, en España hasta 23 marcas de automóviles cuentan con estos sistemas en todos sus vehículos nuevos, a la venta en estos momentos.
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