Impresionante la imagen aérea de esta casa de San Diego, en Estados Unidos. Lo que estás viendo dentro de la modesta piscina que esconde su patio trasero es un Ford F-150 Raptor, el pick-up mejor dotado de la marca del óvalo y no, su conductora no contaba con acabar aterrizando en semejante lugar.

Según apuntan diferentes medios locales, todo sucedió muy rápido y es que llevar un vehículo 4x4 tan potente no siempre es tan seguro como puede parecer. Por causas que se desconocen, la mujer perdió el control del F-150 Raptor en una pendiente cercana a este domicilio, descendió la misma a toda velocidad, atravesó la valla de madera de la casa, cruzó el jardín y sólo la piscina pudo frenar su avance.

Por suerte, el propietario de la vivienda, Gabriel Mejía, se encontraba en esos momentos allí. No en la piscina –claro–, sino en su dormitorio desde donde pudo ver toda la escena de modo que bajó a toda velocidad y se lanzó al agua para liberar a la mujer. Gabriel llegó incluso a romper la ventanilla del conductor con sus propias manos para rescatarla lo que le produjo un importante corte en su mano derecha pero como en las mejores películas, consiguió su objetivo y pudo rescatarla sana y salva.

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Desde luego, resulta aterrador pensar lo que hubiera sucedido si este hombre no se hubiera encontrado en su casa en el momento del accidente o simplemente sino hubiera actuado con la celeridad que lo hizo. Lo de menos en este caso fue la pérdida material aunque la hubo y tampoco fue menor. Para este Ford F-150 Raptor con motor V6 biturbo de 450 caballos, suspensión Fox Racing Shox y tracción total permanente, terminar sumergido en una piscina de estas características es lo más parecido a ahogarse en un vaso de agua.