Existen artículos de lujo tan únicos y exquisitos que su valor es difícil de cuantificar. Uno de ellos, hasta ahora, era este Aston Martin Vulcan, un supercar destinado en exclusiva a 24 clientes fieles a la marca británica y apasionados de las carreras. El mismísimo Andy Palmer se encargó de subrayarlo así en su presentación, pero hoy nos hemos enterado que un miembro de ese exclusivo club ha decidido ponerle precio a su preciado tesoro y agárrense, hablamos de 3,4 millones de dólares, unos 3,1 millones de euros.
El Vulcan del que hablamos es éste rojo Fiamma que te mostramos en las imágenes de este artículo y al parecer, pertenece a Bernie Moreno, el propietario del concesionario de Aston Martin Cleveland (EE.UU.). Se rumorea que le costó unos 2,1 millones de dólares pero no ha dudado en valorarlo al alza y sacarlo a su escaparate, en parte para atraer la atención a su negocio y en parte para hacer un buen negocio con él.
Recordemos que el Aston Martin Vulcan toma su nombre de un caza venerado por las fuerzas aéreas británicas durante la Guerra Fría y que cuenta con una aerodinámica específica y uno de los motores atmosféricos más potentes realizados jamás.
Nos referimos al V12 de 7.0 litros y 800 caballos de potencia. Una caja de cambios secuencial, de seis marchas importada directamente de la competición, envía esta fuerza a las ruedas del eje posterior. Un diferencial electrónico trasero se encarga de que la tracción sea lo más aprovechable posible y tanto su actuación como la de los frenos ABS o el control de estabilidad son regulables por el conductor. Pronto estará en manos de uno nuevo.
Aston Martin DB11: El sucesor del DB9 llega antes de tiempo
Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.
