Atentos al accidente que registró este conductor en Leningrado, Rusia. Circulaba tranquilamente por su vehículo cuando al llegar a la altura de una rotonda, un Toyota RAV4 le adelantó, entró en la misma desde el carril izquierdo y la abandonó por la primera salida; una decisión fatal como verás a continuación.
Todo sucede muy rápido pero podemos apreciarlo desde un punto de vista privilegiado. En primer lugar, parece evidente que la velocidad del Toyota es inadecuada, llega a la rotonda apurando la frenada al máximo y tiene la fortuna de no encontrarse a nadie circulando dentro de la misma. Sin embargo, la suerte le devuelve la jugada muy pronto. A pesar del citado exceso de velocidad, nuestro imprudente protagonista continúa acelerando ya en el interior de la glorieta y con un golpe de volante gira a la derecha para irse por la primera salida. En un día lluvioso, con el asfalto mojado como se puede apreciar, el todocamino subvira de forma irremediable e invade el carril contrario justo en el momento en el que un camión pasaba por allí.
La dureza del choque entre ambos vehículos, evidencia la velocidad excesiva del turismo que por supuesto, es el que sale peor parado. Con la parte delantera izquierda totalmente destruida podemos asegurar sin temor a equivocarnos que este RAV4 acabó en el desguace. Sin embargo, hay que elogiar la rigidez del vehículo pues permitió salir ilesos a sus dos ocupantes que tuvieron fortuna doble.
Si te fijas con atención, verás como el SUV impacta justo en el depósito de combustible del camión, rompiéndoselo por completo. Desde luego, esta historia pudo tener un final mucho peor.
Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.
