Cuando nuestra revista hermana Road and Track probó en 1967 el Ferrari 275 GTB/4 Spider en su versión especial North American Racing Team (NART), quedaron encantados con el bello descapotable. Lo describieron como el deportivo que deparaba a su conductor las mayores satisfacciones del mundo.

Con su inacabable motor V12 de 300 caballos y una minuciosa puesta a punto de chasis que le permitía pasear por Hollywood pero también pisarle a fondo en un anillo de carreras, el Ferrari "americanizado" era un vehículo tan inalcanzable como exclusivo.

La prueba es que tan sólo quedan diez en el mundo.Y el que nos ocupa, tras la muerte de su antiguo propietario, hace seis años, ha estado ese tiempo dormitando en un hangar aeronáutico haciendo compañía a los jet privados.

Hasta que le llegó su hora de volver a la acción, en la subasta RM Auctions donde ha vuelto a brillar bajo el sol de Monterey. Para la ocasión, su minuciosa restauración lo ha vestido con la pintura roja utilizada por la casa de Maranello en su época, ya que esta unidad originalmente era de color azul metalizado.

Un coche tan excepcional y raro ha conseguido movilizar a los más ricos coleccionistas y, uno de ellos de quien no ha trascendido la identidad, ha pujado hasta los 27,5 millones de dólares (20,53 millones de euros). Lo que sí se ha sabido es que ese dinero va a ser destinado en su totalidad a obras de beneficencia.