Pace Innovations, un taller neozelandés especializado en competición, ha creado el Ford Focus definitivo, una bestia salvaje con chasis tubular y 850 caballos de potencia cuyo precio ronda los 450.000 dólares. Sus creadores tomaron como base un Focus Sedán, aunque del modelo original solo quedan los pilares A y B, pues el resto del coche ha sido modificado de manera artesanal para lograr una máquina capaz de destrozar el crono en pruebas como la Race to the Sky, la subida de montaña donde ha sido estrenado recientemente.

Su motor proviene del Nissan GT-R, aunque ha sido convenientemente modificado para extraer 'un poco' más de jugo de sus extrañas. Tras muchas horas de llave inglesa, el V6 biturbo de 3,8 litros ha pasado a tener 850 caballos de potencia, mientras que su par máximo alcanza los 976 Nm. Sin duda las cifras son espectaculares, pero los chicos de Pace Innovations aseguran que pueden apretar las tuercas todavía más y lograr una potencia cercana a los 1.000 caballos.

Peso contenido y aerodinámica extrema

Como suele decirse, la potencia sin control no sirve de nada, y en estos casos es tan importante un buen chasis como la potencia bruta. Este Focus utiliza un chasis tubular construido de manera artesanal sobre el que va montada una carrocería extremadamente aerodinámica que alberga el motor en el centro y la caja de cambios en la parte delantera. El peso total del conjunto es de 950 kilogramos, y su diseño le permite generar cargas aerodinámicas de 1.000 kilogramos a 200 kilómetros por hora. Sus creadores se aseguran así de que la máquina sea igual de efectiva en recta y en curvas, cuidándose en todo momento de que vaya bien pegada al suelo.

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