No ha pasado ni un año desde aquel informe de la OMS(Organización Mundial de la Salud) que declaraba cancerígenas a las particulas que emiten los vehículos Diesel y el gobierno francés ya ha tomado cartas en el asunto. Fuentes cercanas al ejecutivo han comentado que entre los próximos cuatro o cinco años los coches Diesel se gravarán con un impuesto notablemente más alto que el de los gasolina, lo que debería condenarlos al destierro en torno al año 2017.

Esta medida, que pretende salvaguardar la salud pública, supondrá todo un reto para la industria automotriz de nuestro país vecino que en los últimos años se ha especializado en producir y comercializar vehículos a gasóleo que, precisamente, son los que emiten menos CO2, el único gas contaminante que se tenía en cuenta hasta la fecha.

De esta forma, tanto el grupo Renault-Nissan–con Dacia incluida– como el PSA (Peugeot-Citroën) se afanan ahora en desarrollar nuevas tecnologías como los híbridos de aire comprimido que puedan reemplazar a los motores turbodiésel actuales en el corto plazo.

El gobierno galo ya ha previsto una partida de presupuesto para apoyar a los fabricantes a realizar este cambio que esperan “alargue la esperanza de vida de los ciudadanos e impulse la renovación de nuestra industria automotriz con mecánicas de gasolina más eficientes”, ha anunciado Jean-Loup Wahoo, portavoz del MORUE, División de Operaciones de Urbanismo y Medioambiente.

Lettermark
Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.