Quédate con la idea de que para gozar con un coche existen multitud de opciones. ¿Un ejemplo? El 'invento' que se ha sacado de la manga este 'artesano' americano que, sobre un chasis muy primitivo, ha montado el propulsor V8 425ci de un viejo Oldsmobile, una compañía que pertenecía a General Motors y que no existe desde hace años por culpa de una reestructuración interna de la compañía.

No hay datos de prestaciones y, a tenor del vídeo que tienes a continuación, tampoco mucha seguridad a pesar de que se ha montado un enorme arco antivuelco tras el asiento, que parece más el spoiler de un dragster. ¿Y qué más da? Las derrapadas que regala este 'aparato' con las gigantescas ruedas posteriores procedentes de un vehículo de carreras y el severo contravolante que tiene que hacer el 'piloto' para evitar irse fuera de la pista de tierra son suficientes para garantizar ese chute de adrenalina que a veces necesitamos.

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