Las carreras de aceleración que estamos acostumbrados a ver suelen iniciarse desde parado, con los dos vehículos preparados para salir lo más rápido posible hacia la meta, aunque no siempre ocurre así y es que otra posibilidad es hacerlo a una determinada velocidad. Tal vez se pierda cierto encanto al no ver cómo gestionan los conductores esos metros iniciales, pero si los dos rivales ponen cerca de 2.000 caballos sobre la pista, la emoción sigue siendo la misma.

Este ha sido el caso de uno de los preparadores más reputados del momento, es decir, Hennessey, al ofrecernos un documento en el que podemos ver una batalla entre dos colosos de la carretera y sus potentes motores de ocho cilindros. Por un lado, tenemos a una de las bestias más temidas del cuarto de milla y no es otro que el Dodge Challenger SRT Demon; mientras que en el otro lado del cuadrilátero, un Chevrolet Corvette ZR1 aguarda sentado.

En condiciones normales, los 765 caballos del ‘vette’ no serían suficientes para batir a los más de 800 del muscle car, pero conociendo a este preparador sabemos que alguna sorpresa se esconde bajo el capó del deportivo. Efectivamente, no se trata de un ejemplar de serie sino del monstruo que nos presentó hace apenas un mes, el HPE1000, es decir, una preparación que eleva el V8 de 6.2 litros por encima de los 1.000 CV. Llegados a este punto, los 840 CV del Demon no son nada comparados con semejante torrente de energía.

Aun así, es bastante interesante ver enfrentados a estos dos colosos del asfalto en una pista de carreras, especialmente, cuando esos dos bloques sobrealimentados empiezan a dar lo mejor de sí. Aunque la victoria para el Corvette resulte obvia, al final de la prueba la distancia entre ambos no es tanta, por lo que estamos deseando ver un enfrentamiento en el que este Demon de fábrica sea sustituido por el monstruo de 1.000 caballos que vimos en 2018. Sin más dilación, te dejamos con el vídeo.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta