Según multitud de estudios la llegada del coche autónomo supondría que el número de accidentes se reduciría de forma significativa. Concretamente, desde KPMG apuntan que en 2040 la frecuencia de colisiones se habrá reducido hasta en un 80% en daños materiales, sin embargo dicho estudio –Self driving cars– también señala que cuando se produzcan accidentes tendrán mayor severidad y coste y es aquí donde los talleres tendrán su oportunidad de negocio.

En este sentido, como apuntan desde GT Motive, empresa especializada en soluciones y servicios para la valoración y gestión de siniestros del automóvi, se plantean nuevos retos para los talleres sobre todo en lo que a formación y transformación de su actividad se refiere.

Según esta consultora la conectividad traería una mayor interacción de los vehículos entre sí, pero existen multitud de variables que permitirán a los talleres de chapa y pintura mantener su actividad, dado que los coches por muy autónomos que sean requerirán arreglos de chapa y pintura.

Asimismo, mientras no evolucionen las carrocerías, estas seguirán expuestas a la climatología y a los fenómenos atmosféricos, si bien en este sentido hay algunas propuestas curiosas que parten de la premisa de que la personalización es una tendencia al alza. Un ejemplo lo tenemos en el Camal Edit, un vehículo que tiene una carrocería que se puede configurar según nuestros gustos y necesidades. Se basa en una plataforma modular que permite intercambiar diferentes paneles del exterior. Es un proyecto que se ha presentado en Turín.

La personalización de las carrocerías es una tendencia al alza.

Otra de las tendencias que apuntan desde GT Motive es que en los próximos años se podrían popularizar las carrocerías de LED, un sistema que permite que el coche cambie de color y tipo de luz a voluntad del conductor. Permitiría incluso cambiar el aspecto exterior del coche desde el móvil, con imágenes personalizadas. Si esta tecnología se popularizase también requeriría la intervención de un taller.

Ante esta situación, lo que si parece claro es que el coche autónomo supondrá una reducción de las reparaciones provocadas por grandes colisiones, si bien crecerían otro tipo de mantenimiento que serán el día a día de los talleres más y mejor preparados. Por ejemplo las llamadas smart repare –pequeñas reparaciones rápidas de chapa– que en un futuro supondrán una parte significativa de la actividad de este tipo de talleres.