No iban al volante de un Ford Mustang, un McLaren 650S ni nada parecido. De hecho, ni siquiera manejaban un coche mínimamente potente pero esta pareja de policías británicos está en boca de todos los aficionados al motor de la red gracias a una aparición en escena sencillamente espectacular.

Todo ocurrió en la localidad de Gillingham, al sureste del Reino Unido. Más concretamente en un pub denominado Moo Moos en el que un par de clientes habían comenzado a intercambiar puñetazos, una forma de comunicación demasiado común en determinadas zonas sobre todo a las 3:30 de la madrugada y tras una buena ingesta de cervezas.

La fiesta tocaba a su fin para el resto de los presentes que no dudaron en llamar a la policía para que pusiera orden y finiquitara el asunto. Lo último que podían imaginar es que su acto daría lugar al momento más épico de la noche.

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De repente, un Vauxhall Astra Sports Tourer con las sirenas puestas irrumpe en escena a toda velocidad. Va pasado, muy pasado. Pero el agente que lo conduce no tarda en detenerlo tirando de freno de mano y propiciando un señor trompo que deja el coche mirando para atrás, justo el sentido en el que venían y justo en el sentido en el que tenían que regresar. Sí, es cierto que se comieron el bordillo y eso es algo que no debió sentarle demasiado bien a las llantas del lado izquierdo. Pero quedaron como señores bajándose con total entereza a mediar en el conflicto tras protagonizar semejante maniobra.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.