Lo hemos bautizado como ‘Lamborghini Accortador’ y que nos perdonen sus autores, pero es que el nombre le venía al pelo. Lo que tienes delante es una de las réplicas del Aventador más curiosas y más trabajadas que hemos visto en mucho tiempo.
Sus autores, los especialistas de una empresa llamada Executive Modcar Trendz, partieron de un Honda Accord para llevar a cabo una transformación integral. Lo más típico en estos casos suele ser partir de deportivos con carrocerías más limpias y afiladas, como la del Pontiac Fiero –por ejemplo–, pero en el caso del Accord, la sesión de ‘chapa y pintura’ requirió unas horas extra.
Además, pese a lo que pueda parecer, los preparadores no partieron de un Honda Accord Coupe, si no de un modelo de cuatro puertas que redujeron a dos y que no dudaron en decorar con el famoso color Arancio Argos –o algo parecido–, el naranja que caracteriza a Lamborghini.
La réplica es más que aceptable, incluyendo las características puertas de apertura en tijera y la cubierta motor trasera del Lamborghini Aventador, eso sí, que nadie espere un V12 ni nada similar ubicado en esta zona. Lo que se esconde aquí es el maletero del coche, mientras que delante descansa el habitual motor de cuatro cilindros de Honda, del que no ha trascendido mayor información hasta la fecha.
Por otro lado, también se echan en falta las imágenes del interior, que nos invitan a pensar que la obra no está totalmente acabada. No importa, el resultado es más que suficiente para llamar la atención en cualquier ciudad del mundo. No lo dudes, cuando levantes la puerta del conductor para salir de tu ‘Accortador’ serás el foco de todas las miradas.
Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.
