Durante los últimos 55 años, Lamborghini ha sido uno de esos fabricantes que puede presumir de inundar las paredes de las habitaciones de muchos niños de todo el mundo con las imágenes de sus deportivos, soñando que algún día todo pudiera ser realidad y ese coche de nuestros sueños nos esté esperando en la puerta de nuestro garaje.

Cuando somos pequeños no nos importa el tipo de motor o las prestaciones que ofrezcan los coches, sino simplemente nos admiramos con el diseño agresivo y llamativo, algo que es intrínseco en un firma como la italiana, dejándolo patente en modelos como los Countach, Miura, Diablo, Murcielago, Gallardo, Aventador y Huracán.

Imagina que en unas fechas como las que estamos nuestros padres nos dicen que vamos a visitar una tienda de juguetes y allí podremos elegir entre varios modelos de coches deportivos a escala. Nuestra idea es la de tener el Lamborghini del póster de nuestra habitación, pero este no aparece. Sin embargo, el vendedor nos ofrece algo aún mejor, la posibilidad de subirnos al coche de nuestros sueños.

Es entonces cuando llega la mayor sorpresa del día, un Lamborghini Aventador SVJ aparece delante de nosotros y su piloto, Marco Mapelli, nos abre la puerta a un mundo lleno de ilusión y fantasía, liderado por un cuadro de mandos futurista que está lleno de botones y entre los que destaca uno de color rojo que da vida al potente V12 de 6.5 litros y 770 caballos de potencia. Un sueño que acaba de hacerse realidad y que nunca olvidaremos.

Tristemente, nada dura para siempre y el niño que protagoniza los últimos instantes del vídeo tendrá que conformarse con la imagen del Lamborghini que tiene en su cuarto, pero la ilusión es algo que nunca se pierde y ese momento lo llevará grabado en su corazón

Headshot of Borja Díaz
Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta