Ya hemos visto en varias ocasiones que las concentraciones de coches no tienen el final feliz que todos deseaban y son varios los propietarios que cometen alguna que otra imprudencia a la salida de las mismas, o incluso en plena celebración. El último ejemplo lo teníamos con un Subaru BRZ y un derrape fallido que derivó en un impacto contra un poste de la luz, afortunadamente, sin daños para el conductor ni los asistentes.

En todos los casos que hemos visto a lo largo de los últimos años existe un patrón que suele repetirse bastantes veces y no es otro que el Ford Mustang. El muscle car goza de una gran popularidad y tanto sus líneas agresivas y musculosas como el potente motor que se esconde bajo su capó (V8) suelen tentar a sus dueños a realizar maniobras que pueden costarles más de un disgusto. El último en caer en la tentación ha sido un conductor que asistía a una concentración en Westlake, Texas (Estados Unidos), con un final inesperado que tardará en olvidar.

En el vídeo del evento, publicado por el canal Sinclair Photos, podemos apreciar al conductor del Ford Mustang GT pisar el acelerador con muchas ganas, quemando los neumáticos delante de una multitud de entusiastas. Alentado por todos aquellos que le rodeaban, el propietario del deportivo norteamericano sigue subiendo de vueltas al V8 hasta que el humo acapara todo el ambiente. En cuestión de segundos, toda esa nube procedente de los neumáticos se mezcla con otra originaria del propulsor y los bajos del vehículo.

El exceso de temperatura ya había entrado en juego y los asistentes no tuvieron más remedio que ayudar al conductor arrojando agua a una parte baja del Mustang plagada de llamas, algo que se extendió al compartimento de motor pocos instantes después, teniendo que recurrir a extintores e incluso a un equipo de bomberos que cuando llegó ya era demasiado tarde para salvar al muscle car y al bloque V8 de 5.0 litros atmosférico de 450 caballos.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta