Una de las principales ventajas de utilizar vehículos autónomos en la movilidad del futuro es que estos se presuponen mucho más seguros, siendo capaces de tomar decisiones de forma coordinada y reduciendo así el número de accidentes en carretera. Dado que esta tecnología no está consagrada, siguen existiendo muchas voces críticas al respecto, como también interesantes estudios que analizan sus posibles beneficios reales.

El último de ellos nos llega a través del medio Auto Express, quienes se han hecho eco del trabajo realizado por unos investigadores de la Universidad de Cambridge. Junto a ellos cabe destacar la colaboración de dos estudiantes, Michael He y Nicholas Hyldmar, encargados de diseñar los algoritmos para el experimento y el hardware correspondiente, llegando a una conclusión muy clara: los vehículos autónomos que trabajen de forma colectiva podrán reducir el tráfico en al menos un 35%.

Para llegar a este resultado, los investigadores programaron una flota de vehículos sin conductor en miniatura y los dejaron a su libre albedrio en un circuito de dos carriles para observar cómo cambiaba el tráfico cuando uno de ellos se detenía. Si los coches no estaban programados para conducir de forma coordinada, cualquiera de los vehículos que estuviera detrás de la unidad averiada tuvo que reducir la velocidad o detenerse y esperar a encontrar un hueco en el otro carril. Esto dio lugar a unas retenciones que afectaron negativamente en el tránsito vehicular, como ocurre en una carretera real.

En una situación de emergencia, el vehículo averiado enviaría una señal al resto de modelos para así evitar posibles atascos o retenciones.

Sin embargo, cuando los vehículos fueron programados para trabajar de forma cooperativa, todo fue diferente. Con esta nueva situación el vehículo detenido enviaba una señal a todos los demás, por lo que estos se pudieron anticipar reduciendo ligeramente la velocidad, de modo que aquellos situados detrás del ejemplar averiado pudieron cambiar rápidamente de carril, sin tener que detenerse o reducir la marcha significativamente. Además, los investigadores quisieron probar introduciendo una unidad que iba a ser conducida de forma agresiva, obteniendo unos resultados positivos y es que el resto de vehículos se coordinó de tal manera que pudieron evitar choques con esta.

Después de analizar las diferentes situaciones, los investigadores concluyeron que al programar los vehículos autónomos para conducir de forma cooperativa, el tráfico mejoró en un 35% en comparación con la prueba de conducción sin programar, así como en un 45% si lo comparamos con el ensayo de la unidad conducida de manera agresiva. Estos resultados, que se presentarán en la Conferencia Internacional sobre Robótica y Automatización en Montreal (Canadá), se espera que sean útiles para ver cómo los vehículos autónomos pueden comunicarse tanto con ellos mismos como con el resto de modelos conducidos por personas.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta