Si ahora nos subiéramos en un coche con más de 30 años, nos resultaría difícil localizar algunos mandos o interruptores y seguramente nos costaría un buen rato encontrar una postura de conducción comoda. Y es que aunque pensamos que sólo ha cambiado la tecnología, la forma de sentarnos y de interacturar con el coche ha variado mucho, eso que ahora se llama ergonomía.
Ya no nos acordamos de los asientos delanteros corridos, en los que ibas deslizándote de un lado a otro en cada curva, de los inmensos y delgados volantes de baquelita, las aplicaciones de madera que eran auténticos y peligrosos trozos de madera astillable.
Cientos de pequeños detalles que han transformado completamente los coches modernos, tanto en su aspecto exterior como interior, a pesar de la moda ‘retro’ de recuperar diseños, estilos o detalles de hace décadas y que parecen apelar a los más nostálgicos, a ésos que siempre piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor pero... ¿realmente lo fue?
Interiores seguros
El interior del habitáculo es una de las zonas en las que más ha intervenido la legislación que vela por la seguridad. Columnas de dirección colapsables, volantes deformables realizados en materiales blandos, asientos delanteros individuales con reposacabezas, salpicaderos con elementos que no puedan romperse y crear superficies cortantes, todo esto ha modificado el habitáculo de los coches modernos.
Un ejemplo son las típicas aplicaciones en madera que ahora exigen un cuidadoso trabajo. Antaño eran verdaderas piezas de este noble material que en caso de accidente podían convertirse en estacas que se clavaban en los ocupantes.
Convirtiéndose hoy en una fina lámina del grosor de un folio, cuidadosamente trabajada y colocada sobre un soporte plástico o metálico que permite su deformación, pero no que puede romperse o quebrarse en ningún caso.
También en el exterior
La seguridad de los peatones ha transformado la imagen de los coches actuales, pero también hay otros detalles que han cambiado para proteger a los ocupantes. ¿Qué fue de los tiradores de las puertas con un pulsador para liberarlas?
Se abandonaron porque en caso de vuelco o choque, si se ejercía presión sobre ese pulsador, las puertas podrían abrirse. Por eso ahora hay que ‘tirar’ de las manetas hacia fuera para poder accionarlas.
Los faros adicionales, tan de moda en los modelos más deportivos durante décadas y que se han utilizado hasta hace muy poco, eran otros elementos muy peligrosos en caso de atropello. Ahora los sofisticados faros inteligentes cumplen todas las funciones imaginables con una sóla óptica y muy pronto hasta los intermitentes casi desaparecerán pasando a formar parte de la carrocerías gracias a los nuevos materiales flexibles, capaces de cambiar de color, variar la intensidad de la luz e incluso ofrecer luces con movimientos.
Los derivabrisas, esos pequeños triángulos que remataban la esquina de las ventanillas delanteras, en la mayoría de los casos giratorios para mejorar la ventilación, podían convertirse en verdaderas cuchillas en un accidente. Primero se hicieron fijos y más tarde desaparecieron.
Hasta los años 90 la única posibilidad de ofrecer algo de protección a los ocupantes de un cabrio eran los antiestéticos y rudimentarios arcos de seguridad, afortunadamente ya casi olvidados en favor de los más eficaces sistemas ocultos que se disparan en caso de excesiva inclinación.
Detalles de antaño
Pero como la moda también tiene mucho que ver en estas cosas, algunos diseños tratan de recuperar los estilos del pasado, con salpicaderos de color que tratan de imitar a los antiguos de chapa, como en el caso del Fiat 500 o el Mini. Relojes, indiadores y pulsadores que también parecen sacados de electrodomésticos o aparatos antiguos vuelven a los salpicaderos, compartiendo protagonismo con elementos tan vanguardistas como las pantallas táctiles o los controles por voz.
