Marussia Motors ya es historia. El sueño del 'Ferrari ruso' se esfuma definitivamente después de que el gobierno de este país y la directiva de la empresa fueran incapaces de llegar a un acuerdo sobre el futuro de la compañía. De momento, el equipo de Fórmula 1 con idéntico nombre no corre riesgo alguno, tal y como os adelantamos aquí hace unos días, pues la marca de Fomenko ya se había desligado del mismo hace un tiempo.
La marca rusa se formó en 2007, justo ante de la crisis y su principal precursor fue Nikolai Fomenko, expiloto de carreras, que encontró el apoyo de los empresarios Efim Ostrovski y Andrei Cheglakov. Los tres tenían un sueño, crear una marca de automóviles deportivos de lujo y pronto encontraron financiación directa en el Estado que vio la oportunidad de tener una marca propia con la que plantar cara a los vehículos americanos y, sobre todo, alemanes.
De hecho, aunque Marussia diseñó algún coche oficial tipo limusina para altos cargos, sus principales proyectos eran los Marussia B2 y B1, es decir, dos deportivos de diseño espectacular y potencia comprendida entre los 300 y los 420 caballos, animados por propulsores Cosworth V6. Más adelante, llegaron a crear un concept car que adelantaba las líneas de un SUV de lujo, denominado F2 del que hicieron hasta una versión militar, aunque todo quedó en un proyecto indeterminado.
Según han señalado sus fundadores, Marussia tenía un buen número de pedidos de su modelo B2, pero las diferencias con el gobierno han provocado una falta de financiación que les ha llevado al cierre. Casi 200 empleados han sido despedidos aunque, esta participación del Estado en el capital de la empresa, les ha permitido ser recolocados en otras instituciones industriales y tecnológicas de Rusia.
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