Un conductor ha sido sancionado en Bruselas (Bélgica) por circular –teóricamente– a 914 kilómetros/hora en un tramo de carretera limitado a 70. Sí, obviamente nuestro protagonista no viajaba en un caza de combate ni nada parecido, sino en su turismo habitual, por lo que todo se debe a un error en cadena que, por cierto, no es la primera vez que se da en este país.

Luc, que así se llama nuestro protagonista, circulaba cerca del municipio de Auderghem por esta carretera cuando un radar le fotografió, registrando la famosa velocidad de 914 km/h o lo que es lo mismo, más de un 1.300% superior a la permitida y todo un “récord” para la historia de la automoción que sin embargo, no llamó la atención de ningún funcionario pues la sanción se tramitó y se envió a su destinatario según el procedimiento habitual.

Por supuesto, Luc no tardó en impugnar la sanción algo absolutamente lógico, pero no piensen que eludir la multa le va a resultar sencillo. El caso está ya en manos de la justicia belga que ha llamado a declarar al conductor y que le obliga a demostrar que la medición es errónea para eludir los 96 euros de multa que por cierto, no dudó en pagar para evitar males mayores.

Las costas del juicio se estima que superarán los 1.500 euros aunque con una sentencia favorable la administración se vería obligada a devolvérselos con una jugosa compensación por daños y perjuicios todavía más suculenta.

A la espera de la resolución judicial sobre su caso, Luc ha reconocido a diferentes medios locales que circulaba más rápido de lo debido aunque evidentemente, a una velocidad mucho más razonable algo que por otro lado, amenaza con privarle de todo un “récord”, el de la multa por mayor exceso de velocidad de la historia; ahora en manos de un conductor Suizo que fue cazado con su Bentley Continental GT a 324 km/h eso sí, con permiso de otro belga que en mayor de este año alcanzó supuestamente los 696 km/h con su Opel Astra. No sabemos qué coche estaría manejando Luc pero lo que nos queda claro es que si vamos por Bélgica prestaremos especial atención a sus caprichosos radares.