Ayer tuvimos acceso al borrador de la DGT que plantea una reforma importante en el Reglamento General de Circulación. Según este documento, el límite de velocidad genérico para algunos tramos de autovía y autopista subirá de 120 a 130 km/h pero a cambio, bajará drásticamente en el resto de vías pasando de los 100 a los 90 km/h en carreteras convencionales de doble sentido con arcén de 1,5 metros o superior, de 90 a 70 km/h en las que no cuenten con este arcén y de 90 a 50 km/h para las carreteras de doble sentido que no lleguen a los 6,5 metros de ancho y no dispongan de una línea longitudinal divisoria.

En la misma línea, la mayoría de las vías urbanas pasarán a estar limitadas a 30 km/h a menos que dispongan de dos carriles para el mismo sentido, supuesto en el que se mantendrán limitadas a 50 km/h.

Tras conocer tal iniciativa, los diferentes partidos políticos y asociaciones no han tardado en criticarla aunque desde puntos de vista diametralmente opuestos, en muchos casos. El PP afirma estar de acuerdo con la subida del límite e incluso vería con buenos ojos que fuera de 140 km/h para algunas vías rápidas. En el PSOE piensan que la medida puede “elevar el riesgo de accidentes mortales” mientras que en CiU, piensan que tendría que haber una auditoría para establecer los tramos en los que se puede circular a 130 km/h.

Si bien los partidos políticos y también las asociaciones de víctimas han focalizado sus críticas en la subida de 10 km/h, prevista sólo para algunos tramos de autovía y autopista, otras organizaciones de defensa de los derechos del conductor como DVuelta han puesto el grito en el cielo con la bajada de los límites de velocidad en el resto de vías que, efectivamente no se ha sometido a ningún estudio, análisis ni consideración. “La mayor siniestralidad de las vías secundarias no se justifica con argumento, falaz, de que la velocidad es la causa del 30 % de los accidentes con víctimas”, señala DVuelta que además, advierte de otro apartado del nuevo Reglameno al que no se le ha prestado atención y que prohíbe cualquier tipo de detector de radar. “La reforma sólo busca prohibir los detectores de radar porque han mermado los ingresos de la DGT en un 10 % desde su legalización”, afirma.

“La DGT traslada a los conductores su confusión sobre qué hacer para reducir la siniestralidad vial y hay que recordarle que el exceso de velocidad está presente sólo en el 1,44 % de los accidentes con víctimas, según sus propias estadísticas”, concluye la organización en un comunicado. Y tú, ¿cómo lo ves?

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.