Hoy en día es bastante habitual encontrarse con restricciones de tráfico debidas principalmente al exceso de contaminación que tenemos en nuestras ciudades. Durante estos días los grandes perjudicados son los vehículos impulsados por un motor térmico ya sea gasolina o diésel, mientras que los grandes beneficiados son los eléctricos.
Todos conocemos las ventajas que nos puede aportar un coche impulsado por electricidad entre las que destacamos la ausencia de emisiones contaminantes directas, recargarlo en casa o el silencio y tranquilidad que transmite. Sin embargo, uno de sus principales hándicap radica en su autonomía.
Desde la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) han querido realizar una prueba real de conducción para verificar si la autonomía que nos proporcionan los fabricantes es en realidad la que ofrece el vehículo en condiciones reales. Como ya podréis imaginar, los resultados han sido completamente diferentes.
Para la realización de esta prueba han utilizado tres vehículos eléctricos: el Nissan Leaf, el Opel Ampera-e y el Renault Zoe. El recorrido elegido era una combinación entre ciudad, carretera y autopista, unas veces sólo con el conductor y otras con una carga que simulaba el peso de otro pasajero, dos niños y algo de equipaje. Por último, la calefacción se estableció en 22 º C con una temperatura exterior de 10 º C.
El resultado como era de esperar presenta unos datos muy lejanos a las cifras oficiales homologadas bajo el ciclo NEDC. Según la OCU, la autonomía real resultó, de media, un 36% inferior a la anunciada por los fabricantes, llegando al 43% si se viaja con la familia.
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta
