El Pedestrian Scoot, que es como se llama el proyecto semafórico automático que da prioridad al conductor o al peatón en función de las circunstancias viales, se pondrá a prueba este verano en dos cruces con bastante afluencia de tráfico y de personas. El alcalde de la city Boris Johnson declaró que Londres será la primera ciudad del mundo en probar estos dispositivos con la mira puesta en ver cómo son capaces de solventar atascos en hora punta. Si el resultado es óptimo, se estudiará su implantación en otros puntos neurálgicos de la urbe.

El semáforo inteligente funciona con varias cámaras que registran al segundo la afluencia de viandantes que esperan en la acera para cruzar la vía. Si se alcanza un determinado número de transeúntes –por ejemplo, 30–, los conductores verán cómo se ilumina el disco rojo y no podrán pasar porque los peatones tendrán vía libre para atravesar la calle. Hasta que no se consigue ese objetivo de viandantes, la preferencia es para los automovilistas.

La compañía que ha desarrollado estos semáforos está trabajando también en un 'mecanismo de cancelación' para aquellos reguladores que cuenten con un botón que pulsa el peatón manualmente para pasar. En caso de que dicha persona haya pulsado la tecla –unos 10 segundos de espera hasta que se le da prioridad– y las cámaras hayan registrado mayor afluencia de personas a la espera de cruzar, se anulará de inmediato la orden de la tecla en favor de lo que han registrado las cámaras.