Firmada hasta el 2016, al parecer y según publica el diario económico Les Echos, la colaboración franco alemana no se reanudaría a partir de dicha fecha.

La intención de BMW de equipar al nuevo Mini de un motor de desarrollo propio podría estar en la raíz de esta ruptura. A ello se ha añadido la reciente y creciente relación de PSA con GM, que parece ser el tercero en discordia en el deterioro de la relación con la marca bávara.

Recordemos que a principios de año PSA firmó un acuerdo con General Motors para aprovechar en su marca Opel tres plataformas de vehículos comunes con las francesas. Algo que no habría sido visto con buenos ojos por BMW.

La decisión del cese de la colaboración perjudicaría sobre todo a la planta de PSA en Douvin (Francia) que, desde la firma del acuerdo con BMW ha fabricado más de 3,1 millones de estos motores downsizing 1.4 y 1.6. El cese de cooperación hace un año entre PSA y BMW para el desarrollo conjunto de modelos híbridos podría haber significado un inicio de la marcha atrás ante una colaboración que ya dura una década.