El temporal que azota estos días al levante español nos ha dejado imágenes realmente dantescas y es que además de los importantes desperfectos materiales causados, hemos tenido que lamentar tres víctimas mortales, una de ellas un hombre de 65 años que trataba de rescatar su coche de la riada en la rambla de Finestrat (Alicante), el mismo lugar donde otras dos personas perdieron la vida en 2011. El asunto ha resultado tan grave que hasta la propia Policía recordaba ayer los consejos de la DGT para afrontar este tipo de fenómenos naturales cuando nos pillan al volante.

Te adelantamos que ante la fuerza de la naturaleza lo esencial es aplicar el sentido común, huir de las heroicidades y no sobrevalorar las capacidades de nuestro vehículo por robusto y avanzado que sea. Eso que vaya por delante, pero en cualquier caso, no está demás que recordemos cómo afecta una corriente de agua a un vehículo, algo que hemos resumido en tres consejos:

1.- La fuerza de agarre, nuestra gran aliada: Con una profundidad de hasta 30 centímetros, la mayoría de los turismos pueden avanzar en una zona abnegada si no hay una fuerte corriente. La clave es la fuerza de agarre, que resulta de multiplicar el índice de adherencia por el peso neto del automóvil. Siempre que este valor no sea inferior a la fuerza de la corriente, el coche seguirá avanzando sin mayor dificultad, si bien corremos el riesgo de sufrir aquaplaning.

2.- Cuidado, los coches tienden a flotar: Con unos 45 centímetros de profundidad, la mayoría de los turismos pierden esa fuerza de agarre y debido al empuje vertical que realiza el agua sobre el suelo del vehículo los neumáticos comienzan a perder contacto con el asfalto. En este momento, la fuerza de la corriente determinará su dirección y por tanto, lo único que podemos hacer es abandonarlo rápidamente saltando por la ventanilla y acudir a un lugar seguro.

3.- Los todoterreno tampoco se libran. Su mayor altura y peso, unos neumáticos capaces de evacuar más aguar y sobre todo, la tracción total, dotan a estos vehículos de mejores armas para avanzar en condiciones adversas, pero también tienen sus límites. Según informa la DGT, con una profundidad de 75 centímetros el empuje vertical es tan elevado que el vehículo comenzará a flotar la corriente determinará su dirección igualmente. Por eso el consejo es el mismo, salir del habitáculo lo antes posible.

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En resumen, estas son las tres claves para entender el riesgo que representan las riadas cuando vamos al volante. De todos modos, las autoridades nos advierten que lo más importante es respetar las señalizaciones e indicaciones de las autoridades, no adentrarse en zonas donde esté prohibido el paso pese a que puedan parecer transitables y sobre todo, no subestimar en ningún momento la fuerza de la naturaleza.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.