Sin duda es una de las posibilidades menos deseables que nos puede ocurrir con nuestro vehículo: Que tras un accidente acabe en siniestro total. Ante esta situación, ¿qué opciones legales tenemos disponibles? Desde SPG Talleres dan respuesta a esta cuestión y a otras que se plantean como ¿seguro que no se puede arreglar? ¿qué me va a dar el seguro?

Ante una declaración de siniestro total de nuestro vehículo, tenemos derecho a la indemnización de daños materiales, es decir, a la reparación del vehículo siniestrado al estado anterior en que se hallaba tras éste. Pero aquí nos encontramos con dos opciones: la reparación del vehículo o la aplicación del llamado “valor venal” al declarar el supuesto siniestro.

Antes de continuar debemos saber que la decisión de reparación o abono de dicho valor depende única y exclusivamente del perjudicado. La duda que surge en estos casos es ¿merece la pena reparar un vehículo declarado siniestro total?

Si la reparación del vehículo no supera el doble del valor de mercado el propietario puede exigirla.

El valor venal es un valor (monetario) que viene determinado por una serie de tablas donde se conjugan los valores del mercado. Éstas son oficiales y es el Ministerio de Hacienda quien se encarga de emitirlas. Con ellas, las compañías de seguros hacen un media aproximada de los precios de mercado actuales de segunda mano para un vehículo de las mismas características, estado y condiciones similares que el siniestrado.

Tras determinar el valor venal del vehículo siniestrado mediante un peritaje las aseguradoras suelen dar dos posibles soluciones:

1.- El valor venal del vehículo más un tanto por ciento determinado a partir de la vida útil del vehículo, o sea, la utilidad que tenía éste con independencia de la fecha en que fue matriculado.
2.- El valor de mercado (actual) del vehículo. Siempre conviene corroborarlo con tu mecánico de confianza.

Sin embargo, como aseguran desde SPG Talleres, la mayoría de conductores desconoce que si se quiere reparar el vehículo está opción deberá ser siempre la primera.

Para entender esto un poco mejor expongamos un ejemplo práctico. Luis ha sufrido un accidente de tráfico y la reparación de su vehículo tiene un coste de 9.000 euros. Una vez realizado el peritaje su aseguradora establece que el coche ha sufrido un siniestro total y le ofrecen 5.000 euros, lo que sería su valor venal. ¿Qué decisión tomarías tú?

Tenemos tres opciones:

1.- La reparación del vehículo siniestrado. Queremos recuperar nuestro coche, es una opción muy loable.
2.- Aceptar la indemnización por la cuantía que el valor de mercado establezca. En muchos casos nos resultará insuficiente ¡y nosotros solo queremos nuestro coche!
3.- Aceptar la indemnización por el valor venal más un porcentaje limitado a la vida útil del vehículo.

Puede ser que en situaciones como esta la compañía de seguros se niegue a la reparación del coche, pero debes de tener claro que si la reparación no supera el doble del valor de mercado estás en todo tu derecho de exigirla.