El viernes 15 de febrero era el día fijado por el Ayuntamiento de Madrid para poner en marcha uno de los radares más polémicos de cuantos se han instalado en la capital en los últimos años y así ha sido. Este radar de tramo, ubicado entre los puntos kilométricos 4 y 5,75 del Paseo de Extremadura, controla desde hoy el tráfico de una de las principales arterias de entrada y salida de coches de la zona centro.
Instalado para "incrementar la seguridad tanto de los conductores como de los peatones", en palabras del propio Consistorio quien ha tenido una consideración especial con los vecinos de la zona cuyos edificios están pegados a la carretera, este radar vigilará que la velocidad de los coches en todo este recorrido no supere los 70 kilómetros/hora. Eso por el momento, porque el proyecto del Ayuntamiento contempla limitar esta zona a 50 km/h tal y como te contamos aquí.
Durante este nuevo periodo de advertencias, que se alargará desde hoy hasta el próximo 15 de abril, los conductores que rebasen la velocidad establecida en el tramo recibirán un aviso en su domicilio advirtiendo de la infracción cometida y de su futuro coste a nivel económico y de puntos en el carné, pero siempre sin iniciarse procedimiento sancionador alguno.
Según detalla el ejecutivo de Manuela Carmena, este radar de tramo ‘urbano’ pretende servir como medida preventiva en una vía en la que se han contabilizando "333 accidentes y atropellos, con víctimas de diferente consideración en 272 de ellos y con un saldo total de tres víctimas mortales en el año 2018", enfatiza. La reducción de los niveles de ruido y polución en la zona son la segunda motivación que ha llevado al Consistorio a tomar una medida tan drástica como ésta.
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