Su presencia en las carreteras es cada vez más extensa y son muchos los conductores que están totalmente en su contra ya que piensas que su principal función es la de recaudar dinero para las arcas del Estado, en lugar de velar por nuestra seguridad en la carretera y reducir así la siniestralidad. Por supuesto, hablamos de los radares.

La actualidad no apunta a nuestro país sino al vecino, es decir, Francia y es que la situación vivida en el territorio galo durante los últimos meses con los chalecos amarillos ha dejado grandes perjudicados en el camino y uno de ellos ha sido el colectivo formado por los radares fijos. Desde que el movimiento de protesta iniciara su actividad en el mes de noviembre, el Gobierno del país ha notado considerablemente la reducción de entrada de dinero procedente de las multas impuestas por los excesos de velocidad.

El motivo no es otro que el deterioro de gran parte de la red de radares instalados en las carreteras francesas pues, según el Ministro del Interior de Francia, Christophe Castaner, “casi el 75% de la flota de radares ha sido destruida, dañada, atacada o neutralizada”. Parece ser que los chalecos amarillos no han pasado por alto la acción sancionadora de estos aparatos y decidieron destruirlos o empaquetarlos por completo, reduciendo notablemente el número de multas en el país. Además, como comentábamos antes, todo ello ha tenido una repercusión directa en el dinero recaudado desde el pasado mes de noviembre.

Se estima una pérdida económica de unos 660 millones de euros, además de una tasa de mortalidad que ha aumentado en un 17%.

Según informan desde el periódico galo Les Échos, que tuvieron acceso a los datos registrados por el Gobierno, la pérdida se estima en unos 660 millones de euros (209 millones para 2018 y 455 millones para 2019). Estos números son estimaciones, basadas en los ingresos esperados con una flota de radares completamente operativa. No obstante, no se tiene en cuenta la reparación del material dañado por lo que el balance final podía ser mucho peor de lo esperado.

Sin embargo, desde el Gobierno no se apunta al aspecto financiero sino al de la seguridad vial y es que las cifras que se han hecho públicas en las últimas semanas son bastante llamativas al respecto. En concreto, durante el pasado mes de febrero la tasa de mortalidad en carretera se disparó en un 17% y el número de accidentes en un 22%. Por su parte, el jefe del Estado, Emmanuel Macron, no dudó en hacer un enlace directo y condenar el comportamiento de todos aquellos que atacan los radares: “Es un comportamiento inadmisible, cuyos resultados son inmediatamente tangibles cuando vemos las últimas cifras”.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta