Miles de personas esperan año tras año la llegada de la Monterey Car Week, un acontecimiento marcado en rojo en el calendario de los aficionados y los mejores coleccionistas de vehículos. Con el paso de las ediciones, la cita ha ganado tal relevancia que muchas marcas lo eligen para presentar sus últimas novedades. Pero el grueso de su atractivo siguen siendo los automóviles clásicos y los superdeportivos más exclusivos del planeta, sin olvidarse, eso sí, de las subastas, y es que en la última edición se han alcanzado más de 293 millones de euros en ventas.

RM Sotheby, Bonhams, Mecun, Russo y Steele o Golding & Company han aprovechado el acontecimiento para celebrar la subasta de auténticas joyas que han reportado una media de 114 millones de euros por casa. Siete coches han superado los 8,8 millones de euros, uno de ellos fue el Jaguar D-Type ganador de Le Mans en 1956, vendido por 19,5 millones de euros.

Este año han sorprendido las cifras alcanzadas por los superdeportivos más modernos. El mejor ejemplo es el Ferrari LaFerrari Cavallo Infernale subastado por Mecun, el hypercar híbrido de 2014 ha alcanzado los 4,7 millones de dólares, un importe significativamente superior a los 4,4 millones de dólares desembolsados por todo un Ford GT40 MkI de 1966.

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Pero el Cavallino Rampante no es el único ejemplo de esta fiebre por los deportivos modernos, prueba de ello son los 3 millones de dólares pagados por un Ferrari Enzo de 2003 o los 1,85 de un McLaren P1 de 2014. Visto lo visto, es inevitable pensar que estamos ante una burbuja que está elevando los precios de este tipo de vehículos a cifras impensables hace tan solo un par de años. ¿Volveremos a sorprendernos el año que viene? Tendremos que esperar al próximo mes de agosto para salir de dudas.