La cita ha sido en un entorno poco convencional para un monoplaza de Fórmula 1 –un RB8 de 2012– la famosa carretera suiza de Tremolastrasse, una ruta especialmente complicada no sólo por su trazado sino por sus condiciones de adherencia, que incluyen asfalto desigual e incluso diferentes tipos de firme que cambian constantemente y ponen a prueba al conductor y al propio vehículo. En este contexto el monoplaza se vuelve especialmente nervioso de conducir.

Para esta singular prueba, desde Red Bull Racing han elegido al explioto de F1 y campeón del WEC y Fórmula E Sébastien Buemi.

Esta ruta alpina se basa en una antigua calzada romana que conecta las ciudades de Airolo con el Paso de San Gotardo, mediante un trazado de 12,7 kilómetros a una altura de hasta 2.106 metros. Actualmente la mayoría de los conductores utilizan el túnel de San Gotardo para evitar este complicado trazado.

Además de la complejidad de la ruta en sí, para esta singular prueba se tuvieron en cuenta las condiciones climáticas dado que en la parte más alta de la carretera había nieve. Si bien para el propio piloto constituyó todo un reto: "Fue una experiencia increíble, algo con lo que solo podía soñar", afirmó el propio Buemi. Un reto que ha quedado plasmado en este vídeo.

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Rodrigo Pareja

Periodista especializado en movilidad en todas sus variantes: coche, moto, bicicleta, patinete eléctrico... y no siempre por este orden, dado que la forma en la que nos desplazamos está cambiando. Más de 20 años de experiencia en el mundo del automóvil y en constante adaptación en un sector que no deja de generar noticias.